Las tragedias de Shakespeare representan una de las cumbres de la literatura universal. Su grandeza radica en un enfoque visionero de la condición humana, en la honestidad con que muestra las pasiones más oscuras, en su forma de tratar el amor, la muerte, el destino, los lazos familiares, la locura, la amistad o el afán de poder. En ellas se trazan complejos laberintos de emoción y reflexión que han convertido a sus personajes en arquetipos literarios: de Hamlet a Lear, de Macbeth a Yago, de Ofelia a Lady Macbeth.
Dos jóvenes amantes ven su amor truncado por las vicisitudes de una noche de fuerte tormenta. Una caravana de coches de caballos no encuentra las marcas del camino en medio de una tormenta; en uno de los coches, va un viajero entumecido que relata, entre el sueño y la vigilia, los padecimientos de las inclemencias del tiempo. La víspera de Navidad, una tormenta obliga a un hombre y a una mujer a pasar la noche conversando frente a la estufa de una posada. Este volumen reúne tres relatos de los grandes maestros de la literatura rusa: Pushkin, Tólstoi y Chéjov. Todos ellos relatan la experiencia de una tormenta de nieve, tres tormentas que son son una y la misma, puesto que guardan un eco común en el alma de los respectivos protagonistas. La tormenta es una metáfora espléndida para asomarse a la intimidad rusa: la tormenta es la tormenta del alma rusa.
Anna Karénina, que Tolstói empezó a escribir en 1873 y no vería publicada en forma de libro hasta 1878, es una exhaustiva disquisición sobre la institución familiar y, quizá ante todo, como dice Víctor Gallego (autor de esta nueva traducción), «una fábula sobre la búsqueda de la felicidad». La idea de que la felicidad no consiste en la satisfacción de los deseos preside la detallada descripción de una galería espléndida de personajes que conocen la incertidumbre y la decepción, el vértigo y el tedio, los mayores placeres y las más tristes miserias.
Borís Godunov es, sin duda, la más perfecta y brillante de las obras dramáticas de Pushkin, cuya publicación supuso el fin del clasicismo vigente y transformó radicalmente el teatro en Rusia. Concebida durante uno de sus repetidos destierros, Pushkin fue consciente de que sería rechaza y la guardó consigo hasta que finalmente vio la luz, censurada, en 1831. Como su autor esperaba, fue criticada e incomprendida, pero pronto el realismo de Borís Godunov alcanzó el reconocimiento que merecía hasta el punto de ser definida por Máximo Gorki como «el mejor drama histórico ruso» o inspirar la gran ópera de Mussorgski. Borís Godunov retrata con una belleza y profundidad inusitadas la sociedad medieval de la Rusia de finales del siglo xv y principios del xvi a través de la figura del zar que le da nombre.
Verdadera enciclopedia de la estupidez humana y retrato sangrante y bilioso de la burguesía en estado puro, Bouvard y Pécuchet inaugura de algún modo la literatura del siglo XX.
La más entretenida e hilarante farsa filosófica de la historia, novela póstuma (1881) y quijotesco testamento de Gustave Flaubert, nos cuenta las andanzas de Bouvard y Pécuchet, dos almas gemelas reunidas por el azar. Una herencia y el sueño de un retiro contemplativo donde cultivar la sabiduría harán que se abismen en todas las áreas del conocimiento humano -de la jardinería al teatro, de la medicina a la religión-, para encontrar en todas ellas solo escepticismo y desazón.
Firma la espléndida introducción Jordi Llovet, sutil conocedor de todo lo que rodea al ermitaño de Croisset, y también reúne aquí, dándole a su edición un carácter único, los materiales que preparó el propio Flaubert para la segunda parte (inacabada) de la novela: el «Estupidiario», el «Diccionario de ideas corrientes» o la imposible colección de citas, entre otros textos.