El gran Gatsby, publicada en 1925, ha sido considerada en numerosas ocasiones la mejor novela norteamericana del siglo xx. La historia se desarrolla en Nueva York y Long Island en los años veinte del pasado siglo y retrata de una manera brillante esos locos años de las fiestas, el jazz y el desenfreno previos a la Gran Depresión. Nick Carraway deja el Medio Oeste y llega a Nueva York en la primavera de 1922, una época de relajamiento moral y contrabando, en la que la bolsa sube como la espuma. Nick, que busca su propia versión del sueño americano, tiene como vecino a un misterioso millonario, Jay Gatsby, muy popular por sus impresionantes fiestas. Al otro lado de la bahía viven Daisy y su mujeriego marido, Tom Buchanan.
«Yo el Supremo Dictador de la República: ordeno que al acaecer mi muerte mi cadáver sea decapitado...»Así arranca una de las grandes novelas de la literatura en castellano del siglo XX: Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos, Premio Cervantes 1989.La obra es un extraordinario ejercicio de gran profundidad narrativa y un testimonio escalofriante sobre uno de los peores males contemporáneos: la dictadura. El déspota solitario que reina sobre Paraguay es, en la obra de Roa, el argumento para describir a una figura despiadada que es asimismo metáfora de la biografía de América Latina.Yo el Supremo es una perfecta radiografía del poder absoluto, de sus sombras, sus miserias y sus crímenes.
Campos de Castilla es una obra clave de la poesía española del siglo XX: un sentido homenaje a España y a sus gentes que marcó un antes y un después en la carrera literaria de Antonio Machado. Tanto es así que en estos términos se expresaba en La Vanguardia en 1912 el intelectual Bernardo G. de Candamo: «Nos hallamos ante un caso de transformación artística (…). Es decir que Antonio Machado, el de antes, no es más que un homónimo de el de ahora». De hecho, el texto de Machado indagaba en nuevos terrenos poéticos, históricos y sociales y se convirtió en un éxito de crítica y público que se ha extendido hasta el día de hoy.
A través de una sensibilidad única y de una creatividad desbordante, David de las Heras ilustra este poemario para que cobre nueva vida frente a los ojos de los lectores actuales.
A finales del siglo XIX, en las tierras paupérrimas del noreste de Brasil, el chispazo de las arengas del Consejero, personaje mesiánico y enigmático, prenderá la insurrección de los desheredados. En circunstancias extremas como aquéllas, la consecución de la dignidad vital sólo puede venir de la exaltación religiosa y del quebranto radical de las reglas que rigen el mundo de los poderosos. Así, grupos de miserables acuden a la llamada de la revolución de Canudos, la ciudad donde se asienta una comunidad de personajes que difícilmente desaparecerán de la imaginación del lector. Frente a todos ellos, una trama político-militar se articula para detener con toda su fuerza el movimiento que amenaza con expandirse.
Publicada originalmente en 1981, La guerra del fin del mundo es la primera gran novela histórica de Mario Vargas Llosa, un libro fundamental de la narrativa en español del siglo XX sobre el que el propio autor ha declarado: «Si yo tuviera que escoger una entre todas las novelas que he publicado, probablemente elegiría ésta, porque la considero el proyecto más ambicioso que me he planteado».
La fascinante historia de Boabdil, en un libro lleno de sabiduría, esperanza, amor y religión
Esta novela obtuvo el Premio Planeta 1990.
En los papeles carmesíes que empleó la Cancillería de la Alhambra, Boabdil ?el último sultán? da testimonio de su vida a la vez que la goza o la sufre. La luminosidad de sus recuerdos infantiles se oscurecerá pronto, al desplomársele sobre los hombros la responsabilidad de un reino desahuciado. Su formación de príncipe refinado y culto no le servirá para las tareas de gobierno; su actitud lírica la aniquilará fatídicamente una épica llamada a la derrota.
La relación que cultivaron por más de medio siglo Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares escribió uno de los capítulos más singulares de la literatura del siglo la obra en colaboración que publicaron con los seudónimos comunes H. Bustos Domecq y B. Suárez Lynch. Del mismo modo, la notoria pasión que compartieron a lo largo de sus vidas por toda forma de literatura fantástica encontró expresión en esta antología beneficiada por el privilegio de su selección exquisita, cuya singularidad se encuentra en sus entradas referidas a las formas en que la humanidad se figuró premios y castigos eternos, cielos e infiernos. Si cada uno de los ciento sesenta y cuatro textos que forma parte de este libro tiene reservado algo de la inspiración que Borges y Bioy encontraron en su lectura, el conjunto puede considerarse al mismo tiempo celebración de la imaginación y de su amistad.