Una colección concebida para abrir el apetito por la lectura de la obra de los grandes escritores clásicos y modernos de América y del mundo. Cuentos, fábulas, leyendas, relatos, humorismo, textos estimulantes... Una visión crítica y desapasionada de la gran literatura de hoy y siempre. Una invitación a conocer y a explorar la obra de los escritores antologizados.
Los textos de cuentistas caribeños renuevan lo fe en una escritura trabajada con conciencia estética y con voluntad de transcendencia. Los maestros, siempre vivos, siempre actuales, jóvenes y renovadores a través de coda lectura y relectura. El cuento ha tenido en el Caribe muy insignes y celebrados cultivadores. De ellos damos cuenta en esta nueva antología de cuentistas caribeños, con obras de escritores de la talla del dominicano Juan Bosch, del colombiano Gabriel García Márquez, de los cubanos Alejo Carpentier y José Martí, del Premio Nobel Miguel Ángel Asturias, de Amado Nervo, Rómulo Gallegos...
Nació en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, el 17 de junio de 1866, del matrimonio de don Francisco Ortea y doña Emilia Mella, ambos oriundos de Puerto Plata. En 1879 emigró a Puerto Rico, donde residió por varios años en compañía de su padre, desterrado a aquella isla a raíz de los disturbios políticos a que Puerto Plata y otros pueblos del Cibao sirvieron entonces de principal escenario. Reveló, desde muy joven, su vocación literaria e hizo famoso en las publicaciones de lo época el nombre de su abuela paterna, Elena Kennedy, adoptado como seudónimo por la ilustre escritora.
En 1901, poco tiempo antes de su muerte, publicó, con prólogo de Américo Lugo, el libro de cuentos titulado "Risas y Lágrimas", obra admirable donde recogió, además de algunas producciones inéditas, las mejores páginas escritas por ella para la revista "Letras y Ciencias" y paro el periódico "El Listín Diario".
Virginia Elena Ortea es quizás nuestro mejor narradora, según Joaquín Balaguer.
Murió en la ciudad de Puerto Plata el 30 de enero de 1903.
La novela histórica -haciendo la excepción de Enriquillo, que es joya solariega-, la inicia Federico García Godoy con Rufinito, publicada en 1908, y que es la primera de la trilogía que empieza con la Independencia y termina con la Restauración y la muerte de Santana, en sus otras dos obras: Alma dominicana y Guanumo. La primera es la más sólida como novela, por su ambientación y la urdimbre de su trama novelesca. Gorcía Godoy es un recio ensayista de clara mente y espíritu severo.
Es el gran novelista histórico dominicano. Retrata con maestría los acontecimientos más notables de la historia de Santo Domingo. Con estilo propio supo llevar al pueblo partes del suceso histórico desconocido por las mayorías.