Mate es un niño que, como tantos, siente una enorme fascinación por los dinosaurios. Sin embargo, a diferencia de tantos otros, no crecerá. Su cuerpo mantendrá su estatura por debajo del promedio toda la vida. Un día, en un centro comercial en construcción, cerca de su casa, encuentran huellas de un alosaurio, es decir, lagarto extraño, nada menos. Niño y animal se comunicarán, ¿en sueños?, y quedarán contentos, sabiendo que, a su manera, los dos son excepcionales.
Los dinosaurios no se extinguieron. Viven en cada niño que se siente velocirráptor o cada niña que se cree triceratops, es decir, en cada niñosaurio. Pero estas criaturas magníficas no lo tienen todo fácil. Deberán enfrentarse (cada una a su manera, cada una con su historia) a un mundo en el que no siempre es bienvenida la diversidad: de cuerpos, de mentes ¡y hasta de alimentos!
«En primer lugar, quiero dejar una cosa bien clara: esto no es un diario. Ya sé lo que pone en la portada. Mira que cuando Mamá lo fue a comprar le pedí DE MANERA ESPECÍFICA que si compraba una libreta no tuviera el rotulito de diario».
Greg Heffley tiene 12 años y su madre le compra un diario que abarcará un curso escolar: de septiembre a junio. Conoceremos a Greg a través de las hilarantes y enternecedoras desventuras que narra e ilustra en su libreta. Estamos ante un retratocómico de la vida, la voz y las costumbres de los niños preadolescentes. Este debut hará a todo el mundo troncharse de risa.