«El agua para fluir se adapta al terreno, el guerrero para vencer se adapta al enemigo.»
Desde la disposición de los ejércitos hasta el uso de espías, pasando por el estudio del terreno o la relación entre los mandos y los soldados rasos. Puede parecer que los trece capítulos de El arte de la guerra el maestro Sun solo nos habla de estrategia militar, pero lo sugerente de sus sentencias y la profundidad de sus enseñanzas sobre el control de los tiempos, la psicología de las personas y los grupos o la naturaleza del poder convierten este clásico del pensamiento oriental en lectura obligatoria para todo el que quiera aprender a lidiar con éxito con sus conflictos cotidianos.
Igual que en el siglo XX desaparecieron imperios que parecían eternos, preceptos morales que habían durado mil años y dogmas científicos que resultaron falsos, en el XXI vamos a decir adiós a muchas de esas tecnologías, costumbres e ideas que nos rodean desde que nacimos. Y la misma suerte que corrieron los videoclubs, el fax y la URSS, la vivirán en breve muchas de las profesiones y los aparatos que nos rodean, como los volantes y el mando a distancia.
¿Cuánto de lo que vemos se desvanecerá? Se avecina el fin de los idiomas y de las cajas registradoras. Y a medida que vamos olvidando cómo era el mundo antes de Google, desaparece la noción de privacidad, la costumbre de conversar y hasta el reloj biológico. Sin olvidar el más ambicioso de todos los avances que la ciencia espera lograr este siglo: el fin del envejecimiento.
En sintonía con los grandes reporteros y narradores de la actualidad, Marta García Aller nos sumerge en la transformación digital que vivimos y en los cambios culturales, tecnológicos y económicos que nos esperan en el siglo XXI. Lo hace charlando con expertos de prestigio mundial, pero también con ciudadanos de a pie, como el dependiente de la tienda que no teme la robotización; el alto directivo del motor que sueña con jubilarse antes de que los coches sean autónomos y el encargado de cuidar un viejo almacén de cabinas telefónicas.
Un libro fascinante del gran maestro de la ciencia ficción, que abarca la historia de la tecnología aplicada a las comunicaciones desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad.
Con el nacimiento del telégrafo, en 1858, y la conexión de Estados Unidos y Gran Bretaña mediante cables de cobre a través del Atlántico, comenzó un proceso que, en apenas un siglo, ha cambiado los sistemas de comunicación hasta revolucionar por completo las relaciones entre los hombres y las naciones.
El ejemplo pionero de las dos potencias anglosajonas fue seguido por los demás países, que establecieron nuevos vínculos gracias al ingenio telegráfico. Más tarde, la invención del teléfono y la radio vendría a confirmar una aceleración de las comunicaciones que habría de completarse, pasada la Segunda Guerra Mundial, con el lanzamiento al espacio de satélites de gran precisión.
La acogida excepcional que, hace cinco años, obtuvo la compilación de los artículos aparecidos con el título El dardo en la palabra ha llevado a Fernando Lázaro Carreter a reunir en este volumen los publicados desde 1999 en el diario El País.
Con erudición y agudo sentido del humor, el eminente académico alerta acerca del desconocimiento de los recursos del propio idioma, tan recuente en cuantos gozan de vida pública, y el aluvión acrítico de términos nuevos innecesarios, que hacen peligrar la comunicación entre millones de hispanohablantes. Procurar la estabilidad del español es una labor que corresponde a todos los hablantes con una conciencia crítica. A ellos van destinados estos «dardos».
Mientras los seres humanos convivan, será necesaria la política. Maquiavelo, que lo sabía por su experiencia en el gobierno de la Florencia renacentista, escribió este tratado para analizar el modo en que los gobernantes consiguen el poder y lo conservan. Con ejemplos históricos, expone una filosofía política en la que el valor de las acciones se define a partir de su eficacia, inaugurando un realismo que se aleja de las corrientes moralistas y utópicas de su época.
Durante mucho tiempo se ha creído que la prosperidad había aumentado gradualmente en la Historia. Sin embargo, se trata de una distorsión, porque este avance no se tradujo en mejoras en la calidad de vida. ¿Por qué el ser humano vivió estancado la mayor parte de su existencia? ¿Qué inició la enorme transformación de nuestros niveles de vida hace tan solo doscientos años? ¿Y por qué ese progreso ha derivado en una desigualdad tan grande?
A partir de estas tres cuestiones, Oded Galor, economista y pensador, desvela las claves para entender dos misterios de la evolución de la humanidad: el progreso y la desigualdad. Al rastrear nuestra trayectoria y sustraer las influencias más evidentes, Galor llega a la explicación última de las causas de este desequilibrio y nos descubre el papel esencial que han tenido la diversidad genética y la riqueza geográfica en nuestro desarrollo.
Una perspectiva innovadora que hace que nos replanteemos la comprensión de nuestra historia para encarar el futuro con una mirada esperanzadora y que contiene las claves no solo de la prosperidad de nuestra especie, sino de nuestra supervivencia.
En su sistemático desmantelamiento de la falsa condición de árbitros mundiales de la democracia que se atribuye Estados Unidos, Estados fallidos es la crítica más centrada y urgente de Chomsky hasta la fecha.Estados fallidos son, para Chomsky, los que carecen de capacidad para proteger a sus ciudadanos de la violencia y se consideran más allá del derecho.Estados Unidos supone un peligro cada vez mayor para sus habitantes y el mundo en general, ya que sus propias instituciones democráticas atraviesan una grave crisis y sus políticas y prácticas sitúan el mundo al borde del desastre nuclear y medioambiental.
“Lo más difícil de tratar con humor es la filosofía. No sé por qué, quizá porque se trata sólo de ideas de pensamiento, que resulta harto difícil de manejar. Y resumir y presentar en un “lenguaje” accesible a todos. Hice primero el tomo 1 y luego, con más de 10 años de diferencia, el 2. Uno con una editorial y otro ya con Grijalbo, pero me costó un huevo del ojo.” —RIUS
Fundamentos de filosofía (1927) era una obra pensada para el gran público estadounidense que, sin embargo, despertó una aguerrida controversia en los círculos académicos. Su tesis clave afirma que la humanidad es el instrumento mediante el cual adquirimos nuestro conocimiento del universo (o, según Gorgias, «el hombre es la medida de todas las cosas»). De ahí, surgen varias cuestiones: ¿de qué maneras adquiere conocimiento el ser humano?, ¿es posible la formulación de leyes universales.?, ¿cómo podemos distinguir verdad y opinión? Todas las preguntas que plantea Russell abren las puertas al que es, al fin y al cabo, el más sugestivo de los interrogantes: ¿puede el ser humano llegar a conocerlo todo?
La sociedad que iba emergiendo del proceso de la transición a la democracia y las actuaciones de los sucesivos gobiernos a que dio lugar encontraron en él a un temible francotirador, que se anticipaba a poner en evidencia las fraseologías adoptadas por unos y otros y a incidir con implacable lucidez y severidad en asuntos que han marcado y siguen marcando la historia reciente de este país. El patriotismo y los nacionalismos de uno y otro signo, el terrorismo etarra, los GAL, el papel de la policía y del ejército, la tortura, la censura, las políticas culturales, la corrupción rampante y otras relevantes cuestiones encuentran precoces y certerísimos diagnósticos en estas páginas, que reúnen casi todo cuanto ha escrito Ferlosio al respecto y admiten ser leídas, en conjunto, como una saludable «contrahistoria» de la España de las cuatro últimas décadas.Hacia el final del volumen, el repudio de los fastos conmemorativos del Quinto Centenario del Descubrimiento, en 1992, y el recuerdo de los sangrientos desmanes de la Conquista, sirven de correlato crítico de los mitos de una «españolidad» convertida aquí en objeto del más lacerante escrutinio.Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.