La historia de dominación, poder y privilegio de las oligarquías desde la Antigüedad hasta hoy.
Durante siglos, se consideró que los oligarcas estaban empoderados por las fortunas gigantescas que poseían, una idea eclipsada por el auge de la teoría de las élites a principios del siglo XIX. El rasgo común de todos los oligarcas es que la riqueza les define, les da poder y les expone intrínsecamente a diferentes amenazas. Lo que varía a lo largo de la historia es la naturaleza de las amenazas y cómo responden los oligarcas para defender su patrimonio.
El politólogo Jeffrey A. Winters desarrolla en este libro una convincente y sofisticada teoría de la oligarquía basada en su larga existencia a lo largo de la historia, y en cómo sus formas ―guerrera, gobernante, sultanista y civil― han variado con el paso del tiempo. Winters explora las oligarquías de distintas épocas ―las jefaturas prehistóricas, las antiguas Atenas y Roma e Indonesia, las ciudades-Estado medievales de Europa, la actual sociedad de Estados Unidos y Singapur, etc.― y analiza cómo han evolucionado a medida que cambiaban las circunstancias y los desafíos a los que se enfrentaban sus máximos exponentes.
En noviembre de 2008; mientras el derrumbe financiero global se profundizaba; la entonces octogenaria reina Isabel visitó la Escuela de Economía de Londres y sorprendió a los prestigiosos académicos allí reunidos con una pregunta inocente pero muy aguda: dada la magnitud de la crisis; ¿por qué nadie la había advertido? La pregunta fue directo al corazón de dos grandes fracasos: el del capitalismo occidental; que todavía no se ha recuperado; y el de los economistas; que no entendieron qué estaba pasando. Este libro trata sobre ese doble fracaso y propone salidas completamente innovadoras. Está claro que el sistema actual no funciona: los hogares están endeudados por no poder cubrir sus gastos básicos; el desempleo afecta cada vez a más jóvenes; se ahonda la brecha entre los que más y los que menos tienen; entre las burbujas del sector financiero y el estancamiento de la economía real. Necesitamos pensar otro capitalismo desde los cimientos; para que el objetivo no sea solo redistribuir sino crear riqueza y valor; en un ciclo virtuoso y sustentable.
«Me pasé un año en Berlín explorando las vidas de mi abuelo y mi padre: Kurt Wolff, apodado ?quizás el editor más exigente del siglo xx? por The New York Times Book Review, y su hijo Niko, que luchó en la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial antes de venir a América.
Basándome en cartas familiares, fotografías y diarios nunca antes publicados, Páginas de vuelta a casa, narra los viajes de estos dos hombres nacidos en Alemania que se convirtieron en ciudadanos estadounidenses, a la vez que es mi oportunidad de contar una historia familiar íntima; un entramado de los peligros, los triunfos y los secretos de la historia y el exilio, con resonancias en la actualidad.»
Durante el año académico 1960-1961, Jacques Derrida, entonces asistente de filosofía general y lógica en La Sorbona, lleva a cabo una lectura de la frase de Alain: «Pensar es decir no».
Este curso magistral de cuatro sesiones muestra ya los signos de la escritura deconstructiva que estaría por venir. En él, Derrida desmonta qué queremos decir cuando decimos «sí» o «no», además de formular y plantear por primera vez el binomio «sí no», elemento básico y originario del acto de pensar.
Frente a este texto, se tiene la impresión de estar ante cuestiones fundamentales del pensamiento de Derrida, que aún hoy conservan su relevancia en una época en la que a menudo resulta difícil distinguir entre pensamiento y creencia.
Redactado a mano por Derrida durante la guerra de independencia de Argelia, y hasta ahora inédito, Pensar es decir no es el texto más antiguo del corpus derridiano que ve la luz gracias a una importante labor editorial.
Más que un libro esto es una conversación a modo de propuesta de amistad, con siete disquisiciones que inciden en el mundo actual sobre asuntos como liarse la manta a la cabeza, la seducción de los personajes malos, usar la imaginación propia para entender la ajena, el rencor y la fortuna, los cataclismos medioambientales, las pequeñas heroicidades del día a día, los colores que pintan nuestra existencia o el sentido de la vida como historia que escribimos entre todas las personas, a veces sin querer.
Pequeñas heridas mortales se despliega como antorcha que ilumina la caverna moderna y nos sitúa ante siete reflexiones plagadas de alusiones a la ciencia y a la conducta humana, pero siempre con la filosofía y la literatura como brújulas para desvelar el sentido de las cosas y de la vida. Gopegui despliega el cometido del conocimiento, que como luz ilumina nuestros refugios, conduciéndonos por mil y un mapas a diversas escalas de la intelectualidad y con el innegable compromise ético y politico que baña sus novelas.