La revista fue, es y seguirá siendo hija y producto de su tiempo. De las circunstancias sociales, políticas y culturales de cada una de las épocas en que le tocó vivir. Y en todas, vivió la censura, incluso en la actualidad. Pero la revista es mucho más de lo que el espectador de a pie pueda presenciar una vez adquirida su localidad y se sienta cómodamente para presenciar el espectáculo. La revista es también todo el entramado escénico que latía tras las bambalinas. De interminables horas de elección de compañía, libreto, música y artistas. De agotadores ensayos y de airadas vedettes. De duras giras por provincias y de nervios el día del estreno. De aplausos y risas. De llantos y pensiones. De las mamás de la artista en el camerino, a estraperlistas sin pudor rendidos admiradores de la vedette de turno. De dimes y diretes en torno a la escultural estrella del espectáculo Eso y, mucho, muchísimo más, era la revista. Un género menospreciado por algunos al que Juan José Montijano a través de esta magnífica obra coloca en el lugar que siempre ha merecido.
En este volumen de Historia social del conocimiento, descubriremos el período que abarca desde 1750, con la publicación de la Enciclopedia francesa, hasta la eclosión de la Wikipedia.
Al igual que en el volumen anterior, Peter Burke no se centra solo en los individuos, sino en los grupos, las instituciones, las prácticas colectivas y las tendencias generales para demostrarnos que las actividades que parecen ser intemporales —como la búsqueda, el análisis, la difusión y el empleo del conocimiento— están, de hecho, limitadas en el tiempo y adoptan diferentes formas en distintos períodos y lugares.
Esta obra contrarresta la tendencia a escribir una historia triunfalista del «crecimiento» del conocimiento aportando datos sobre las pérdidas de distintos conocimientos y el precio de la especialización y nos descubre panorámicas geográficas y sociológicas del conocimiento.
Historia social del conocimiento es una contribución indispensable a nuestra historia social y sociocultural que aporta rasgos sumamente originales, como la perspectiva del lector, del oyente o contemplador sobre el conocimiento, que apelan tanto a historiadores de la ciencia, sociólogos, antropólogos y geógrafos como a cualquier persona interesada en la materia.
Nueva obra del autor en la que mezcla filosofía, historia y psicología para dar con una ciencia objetiva de las soluciones.
La primera parte es una teoría de la inteligencia resuelta, es decir, de la que solventa los problemas y avanza con un dictamen. La ausencia de soluciones conduce a la «angustia» o a la «desesperanza». Esta teoría es una doctrina de la inteligencia optimista que permite elaborar una metodología para el tratamiento de los problemas, una heurística. Una parte de la psicología positiva piensa que el remedio para las situaciones difíciles es cambiar el estado emocional. Para la Teoría de la inteligencia resuelta la salida es solucionar propiamente el conflicto.
Un llamamiento a involucrarnos cívicamente para tomar las riendas de nuestro futuro
Los ciudadanos tendemos a culpar al Estado, al mercado o a cualquier otra entidad abstracta cuando estamos insatisfechos. Los actores económicos, ocupados únicamente en la maximización del beneficio propio, no tienen ninguna motivación racional para interrogarse por el bien común. Asimismo, los poderes públicos se desentienden de las consecuencias finales de sus acciones.
El jurista Rodrigo Tena sostiene que la huida de la responsabilidad es el fenómeno más importante en la vida pública actual, que ha contaminado a todos los agentes sociales y que tiene múltiples manifestaciones. Delegamos en el sistema nuestros compromisos individual y colectivo, y a su vez el sistema se rige por incentivos perversos que fomentan el comportamiento irresponsable.
¿Cómo deben participar las empresas y las organizaciones sociales en el debate público?
¿Qué papel tienen en las democracias consolidadas? ¿De qué manera pueden sumar a la ciudadanía en las grandes transformaciones económicas?
La incidencia pública se ha convertido en un nuevo superpoder para las organizaciones. Esta práctica empresarial, consolidada en el mundo anglosajón y practicada en España por el tercer sector, lleva años demostrando que cualquier gran cambio debe ser contrastado y validado por la opinión pública y los grupos de interés. Solo así se conseguirá generar un impacto positivo en la sociedad, promoviendo una visión más integradora y colaborativa para afrontar los desafíos actuales y futuros.