Tamaña vaina del carajos, yo soy el machete de Pedro Santana, y por ese mismo asunto indiscutible, tengo casi siempre que vérmelas de cerca con esas cuestiones “fuñidas” de la historia, en las que me meten de cabeza y sin razón, en el mismo condenado paquete de este rudo “Machetero de El Seibo”, acusándome de cosas terribles, donde además de primitivo soy granuja y sanguinario, pasando a ser cruel, abusivo e inconsciente”, así como me acusan de otras mil jodiendas más que me indilgan de manera desconsiderada, “tan sólo, para fuñirme la paciencia”, como si me entraran a empellones en una especie de “callejón sin suerte” de “muy mala muerte”, y en esta injusta y engorrosa situación, que no se la deseo ni al peor de mis enemigos, surge el infundio dañino también, de que en el mejor de los casos, “me quiero hacer el más pendejo de la cuenta”, “porque me gusta hacerme el loco”, como si jugara al desentendido, y eso para mí, machete inerte, me resulta en un agravio terrible, porque según ellos con sus “malas lenguas”, soy al final de cuentas, como aquel carajo del cuento “que defeca y no lo siente”.