En este libro se analiza, quizás por primera vez, ese problema con absoluta imparcialidad, y se señala valientemente la imperiosa necesidad de que ambos pueblos busquen fórmulas de avenencias y despejen de incomprensiones y de prejuicios estériles la senda marcada a ambos inexorablemente por el destino que los condena a vivir como dos hermanas siamesas de un mismo rincón insular bajo signos históricos políticamente distintos pero no necesariamente adversos. República Dominicana y Haití.
La primera edición de La Mañosa se hizo en el año
1936, y durante un cuarto de siglo no volvería a
hacerse otra en la República Dominicana debido a
que la tiranía trujillista lo impedía. Después que Juan
Bosch volvió de un exilio de veinticuatro años,
apareció de nuevo esta novela en las librerías del
país. Desde entonces ha sido lectura de muchos
jóvenes que la estudian en sus clases de Literatura y
encuentran en sus páginas un trozo de la historia de
nuestro pueblo.
Bosch expresa sobre su obra: "En La Mañosa, según
el plan que me hice, debía haber un personaje central, y sería la guerra civil; y todos los seres vivos que desfilaran por las páginas del libro, sin exceptuar
la muía que le daría nombre, deberían ser, en un sentido o en otro, víctimas de ese personaje central."
La Colección Centenario se publica en
conmemoración de los 100 años del natalicio de
nuestro insigne escritor. Para facilitar la lectura de
tan vasta obra, se ha dividido ésta en 4 series:
Literatura; Biografía; Política; Socio-Historia y
Economía; pese a que algunos libros son, en realidad, híbridos que podrían constituir parte de una
u otra serie.
La singular apuesta lingüística y creativa de Carlos Vicioso, tan a contracorriente que no tiene pares en la literatura dominicana, sube un nuevo escalón en esta obra; alcanza un punto álgido que marca la plena madurez de su estilo, un universo propio de barroca apoteosis, símbolos, signos, onomatopeyas, entrañamiento lúdico y magia palabrera que embelesa y aturde. Seguirlo en pos de esta aventura es asomarse a un costado imprevisto de la isla, a una manera única de imbricar la historia nacional, y mundial, en una trama que sabe redondear y calar los más raros contextos en una totalidad narrativa sin distorsiones ni fisuras.
En su vocación de escritor Manuel Durán piensa los signos de una época en la crisis y en un camino que asume desde el vivir y el estar-en-el mundo. Lo que habla en su mundo vivido y sentido es su propia forma de afirmarse como sujeto de vida, cardinal de pensamiento y narración. Con el compromiso existencial fortalecido por una intencionalidad que surge de un pensar, a veces metafísico, sustancial y moral el escritor narra sus circunstancias evocando valores, pensamientos y estancias imaginarias.
"Todo este murmullo de pensamientos inquietos y excitantes, se convierten en un tropel de caballos desbocados que corren sólo en una dirección. Es una lucha continua, implacable, que día a día no cesa ni siquiera un ápice. Es como si el fantasma del destino estuviera ahí, siempre al acecho, forzándonos a seguir con su encuentro inminente".
La voz del autor marca su propia aforística filosófica y narrativa en este libro. No se trata de una deriva del objeto solamente, sino de una expresión situada en el suelo de una memoria de tres mil años de consciencia especulativa en el sentido teórico de la palabra. En el Timeo, en el Crátilo y en el Fedro de Platón encontramos esa huella, el registro y una travesía que ha sido tomada en cuenta en la modernidad, así como en el cuerpo de una dialéctica pulsada por el ente ideal.
Lleva Di Pietro consagrados más de treinta años a la tarea de leer la novelística dominicana. En esta ardua tarea —pues arduo ha sido haber fatigado tantas novelas mediocres para hallar unas pocas páginas memorables—, siempre ha puesto altas dosis de pasión y honestidad: sus artículos suelen estar aderezados con unas gotas de irreverencia.
A Di Pietro se le podrá acusar de algunas cosas, pero jamás de no haber proclamado su verdad en sus escritos. En algunos círculos intelectuales se le ha llegado a tildar de bestia negra de la literatura dominicana, y existen personajes a quienes la sola mención de su nombre provoca urticaria.