Al conmemorarse en el 2023 los 60 años del gobierno de Juan Bosch y del golpe de Estado que lo derrocó, la Fundación que lleva su nombre consideró oportuno publicar una compilación de documentos depositados en su archivo personal.
La papelería y algunos de sus libros se conservan en la sala Juan Bosch, ubicada en el tercer piso de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, donde son sometidos a cuidadosos procesos de reordenamiento y preservación.
El compilador seleccionó decenas de cartas personales, memorandos, notas, cablegramas y oficios vinculados al proceso político que llevó a Bosch a la presidencia de la República, con su desempeño gubernamental y las repercusiones del golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963. También se transcribieron editoriales, artículos y noticias relacionadas con el tema. La mayor parte de los textos escogidos se publican por primera vez.
A través de siete capítulos, cronológicamente ordenados, la compilación aporta elementos inéditos de gran valor histórico. No se limita a reseñar los actos gubernativos del presidente Bosch, de por sí poco conocidos, distorsionados por las campañas de propaganda en su contra o difuminados por el paso del tiempo, sino que profundiza en los móviles, opiniones y contradicciones generadas por su Programa de gobierno y los planes que lo concretaron.
No es osado afirmar que con este volumen se comprenderá mucho mejor en qué consistió la revolución que encarnaba aquel presidente democráticamente electo, tras tres décadas de dictadura y un año de mal gobierno provisional, frustrada en 1963 por sus enemigos internos y externos.
El acusador de Jordi Martín es el esposo de la jueza de tierras. Antes eran sus amigos, o eso pensaba, hasta que le quitaron todo. El testigo que lo incrimina en el estrado es el abogado de la pareja desde hace mas de veinte años. Pretende apenas conocerlos, pero les debe 1,4 millos de dolares, esta en la declaración jurada de la funcionaria. Todos los saben especialmente sus colegas magistrados, aunque a nadie le parece importar la suerte de Jordi, excepto a Alina. La conoció hace unos meses y, después de lo ocurrido, es de las pocas personas en la isla en quien confía. Lo acompaña a todas partes: a la procuraduría, a la embajada, a buscar abogado, etc. La historia de la vida de su amiga le fascina. Un padre juez en la España franquista, fue alcaide en un hospital psiquiátrico de alta seguridad en Inglaterra, su Bentley descapotable, y el desfile de invitados ultrajados en su casa, siempre burbujeante.
Desde el banquillo, Jordi mira las caras de póker de los miembros del Tribunal Penal, en busca de pistas. Empieza a ver el camino oscuro hacia la cárcel, mientras ellos juegan a cuestionar al impostor. Alina hierve. Testigo, magistrados, alguacil, abogados… son notas de una partitura ensayada.
En el 2013, los familiares de Francisca, una señora de 68 años que presentó signos de un Accidente Cerebro Vascular (ACV), vivieron una experiencia amarga que me narraron con dolor y lágrimas sentados en uno de los muros externos del área de emergencia del hospital Francisco Moscoso Puello.
La paciente fue trasladada desde el hospital de Yamasá, una comunidad de la provincia Monte Plata, hasta el hospital Salvador B. Gautier, en la capital, donde llegó a las 8:00 de la mañana de un sábado, Fue sentada en una silla del área de emergencia.
Luego de horas sin atención, la refieren a la emergencia del hospital Luis Eduardo Aybar, donde tampoco fue admitida y mandaron a los familiares a llevársela al hospital Padre Billini, en la Ciudad Colonial. Allí tampoco encontró la atención que VERS requería y cerca de las 2:00 de la madrugada del domingo llegan al hospital Francisco Moscoso Puello.
Sólo en este centro, carcomido por años de precariedades y la sobredemanda, fue admitida en el área de emergencia. La travesía fue definida en esa ocasión por los familiares como pasar “el Niágara en Bicicleta”, citando una canción del reconocido artista A criollo Juan Luis Guerra.
La historia de Francisca la narré en el periódico hace 10 años y hoy sigue ocurriendo. No es de extrañarnos, estamos en un sector salud empantanado en reformas y legislaciones y sigue inequitativo, disperso, segregador. Divide a la población en ricos y pobres y da pocas respuestas.
Esa es sólo una de las tantas vivencias que cuento en esta publicación, donde narro hechos tal como los recuerdo sobre historias que nadie me contó, sino que yo viví. Estas son las mías, pero estoy convencida de que cada uno de ustedes guardan en sus memorias “Historias que no se Olvidan”.
La Autora
La Autonomía Presupuestaria de los Ayuntamientos, es una obra completa, didáctica y en la que su autor muestra acuciosidad, talento investigativo que buena falta hacen tanto en el área académica como en el quehacer de las administraciones locales. No creo que sea casualidad que el autor se haya descantado por el estudio de esta área, pues no es solo un preocupado constante por el tema municipal y el desarrollo social sino que representa la casta de jovenes servidores públicos dentro de los ayuntamientos. Por ello, con conocimiento de causa, sabe que la parte financiera y presupuestaria constituye la espina dorsal de cualquier órgano o entidad descentralizada del Estado. El camino de las obras y el servicio público puede estar llenos de buenas intenciones, pero sin un presupuesto robusto que lo sostenga es poco o nada lo que se puede hacer, y claro esta, administrado eficaz y transparentemente.
En esta obra que hoy ve la luz pública, el Lic. Franco Peña, nos lleva desde lo más elemental hasta lo más completo de la gestión presupuestaría de los ayuntamientos. Con notable rigor cientifíco, nos pasea por tres capítulos desarrollados en un lenguaje técnico pero no tan complejo para que pueda ser comprendido no solo por profesionales del área jurídica sino también por cualquier persona interesada en la materia municipal.