Cuando solo tenía once años perdí a mi madre. Eso me convirtió en una mujer rebelde e independiente siendo todavía una niña, y me tocó enfrentarme a cosas a las que nadie debería afrontar a esa edad. Mi infancia fue difícil, pero también viví una emocionante y trepidante juventud.
Empecé a trabajar en la radio, donde conocí a José Manuel Parada. Nos enamoramos y nos mudamos a una Barcelona moderna, que vivía unos años convulsos pero que era la puerta a Europa. Estaba llena de artistas y gente con nuevas ideas, diferente a la que yo había conocido en Madrid y en Galicia cuando era una niña y una adolescente. Allí comencé a trabajar en la prensa del corazón, de la que me enamoré y sigo estando muy orgullosa. Durante aquellos años setenta, experimenté y aprendí a vivir en libertad, a pesar de que la dictadura franquista todavía no había terminado. Fue en esa época cuando descubrí que podía amar a quien yo quisiera, independientemente de su género.
En un curioso giro del destino, me enamoré de la persona más insospechada. Ahora estamos casadas y llevamos más de treinta años juntas. He entrevistado a importantes artistas que luego se han convertido en amigos, como Bárbara Rey, Borja Thyssen, Carmen Cervera, Isabel Pantoja y un largo etcétera. Con mi salto a la televisión, mi popularidad creció. He vivido muchas cosas, pero no fue hasta que participé en el reality Supervivientes durante once semanas que conseguí reconciliarme conmigo, con mi historia y con los demás bajo una preciosa noche estrellada.
La eminente investigadora M. Teresa Telleria, directora durante muchos años del Real Jardín Botánico de Madrid y profesora emérita del CSIC, recoge en este libro la increíble peripecia de Jeanne Baret, una joven de extracción humilde que, en el siglo XVIII, disfrazada de hombre, participó en la expedición científica de Bougainville. A pesar de esta singular hazaña y de que fue la primera mujer en completar la vuelta al mundo, nada de lo que hizo recuerda hoy su nombre. Las convenciones de su tiempo y el viento de la historia se encargaron de desvanecer su legado. Jeanne Baret, víctima de los contrasentidos de la época que le tocó vivir, vivió a la sombra del Siglo de las Luces.
Con una sucesión limitada de datos, la autora ha conseguido recomponer la odisea de una mujer valiente que arriesgó su vida por un deseo de libertad y prestó un servicio a la ciencia, impagado aún, en el campo de la botánica.
Biografía del autor más popular y el cronista más carismático de la literatura argentina de la segunda mitad del siglo XX.
La vida del escritor que amaba a los gatos, el fútbol y la noche.
Cuando a fines de 1982 se conocieron en Buenos Aires las novelas Cuarteles de invierno y No habrá más penas ni olvido, publicadas en Europa durante su exilio en Bruselas y París, Osvaldo Soriano se convirtió en una celebridad: desde entonces cada uno de sus libros encabezaría los rankings de ventas. Hijo único de un funcionario de Obras Sanitarias y de un ama de casa, hincha apasionado de San Lorenzo, es hoy un referente mundial de la narrativa futbolera. A los veinte, mientras era sereno en Metalúrgica Tandil, su pasión se expandió al cine, el periodismo y la literatura, y así pasó de los medios locales a redactor estrella del diario La Opinión. Personaje entrañable, cronista brillante y protagonista central de Página/12, fue también un polemista enérgico. "A la literatura argentina le falta épica y sentido del humor", desafiaba, y eso abunda en sus historias: el gusto por la aventura, las causas perdidas, la rebeldía y la amistad.
Cuando aún era un adolescente, Leonard Cohen se asomó un día al balcón de su casa en Montreal y oyó unos acordes de guitarra. El chico sentado en la hierba tocaba flamenco y durante unos días se convirtió en el primer maestro de Leonard. Desde entonces, paso a paso, Leonard Cohen fue forjando una carrera en la que los momentos estelares se alternaron con épocas oscuras, y en la que la música fue fiel aliada de la escritura. Canciones como «Suzane», «So Long, Marianne» o «Chelsea Hotel» nos acompañaron a lo largo del siglo XX y los poemas de Libro del anhelo resumen en pocas líneas emociones que no tienen fecha de caducidad.
Muchos veneran a ese hombre que en 2011 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias y que, hasta el día de su muerte, el 7 de noviembre de 2016, siguió dando la vuelta al mundo para estar cerca de su público. Cuando alguien le tachaba de pesimista, Cohen sonreía y soltaba una de sus frases memorables, que constituyen una lección de vida.
Revisando estas palabras, entrevistando a la gente que le era próxima y reuniendo datos inéditos que el propio autor le proporcionó sobre su trayectoria personal y profesional, Sylvie Simmons reunió las piezas que componían al hombre y al artista y ahora, tras la muerte de Cohen, lo ha completado hasta lograr su mejor retrato.
Fernando de Lapi podría haber formado parte de la Generación del 27. Tan solo necesitaba un poco más de suerte, un poco más de osadía y, quizá un poco más de talento como poeta. Ahora, en el gris Madrid de la posguerra, se refugia en la seguridad de su cargo en el Banco de España y, sobre todo, en el amor de María Luisa, su esposa y confidente. Fernando tiene un apasionante pasado personal que contarle, con sus contactos con Unamuno, Jorge Guillén, Picasso, Gerardo Diego, García Lorca, Gómez de la Serna y un largo etcétera. Pero también, mientras desgrana sus memorias, se convierte en el excelente cronista de la historia de la España reciente, que va transcribiendo su mujer, mientras el matrimonio va entrando en una fase de intimidad.
La autobiografía apasionada, certera y llena de humor de una figura imprescindible del teatro, el cine y la televisión.
Tan lejos, tan cerca perfila con irresistible ironía la trayectoria profesional de una figura capital de la escena española en sus múltiples facetas de actor, guionista, dramaturgo y director, sin olvidar su labor como escritor y articulista ni sus múltiples e inolvidables trabajos televisivos durante los años setenta y ochenta del pasado siglo. Los ajetreos personales y sentimentales del autor, narrados sin ira ni complacencia, las glorias y sinsabores de la profesión, las ilusiones y frustraciones, la pasión por actuar, aparecen en estas páginas con el trasfondo de unos años —la posguerra, la dictadura, la Transición y los inicios de la democracia— cruciales para el país. Adolfo Marsillach se reveló en estas páginas como un soberbio memorialista y el libro mereció en 1998 el Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias.