Dos historias aparentemente no relacionadas que la figura de Francisco, el protagonista, vincula mediante tres elementos fundamentales: el mismo Francisco; cierta barca varada en un río de aguas turbias (lo que probablemente ha inspirado el título de la novela) y el proceso esquizofrénico, traumático, pero pasajero, que padece Francisco. El libro atrapa al lector y casi le obliga a no cerrarlo hasta concluirlo.
Manuel Hernández Ruigómez, diplomático español
Menoscal Reynoso nos muestra en “Bajo Aguas Turbias” que el oficio de novelista es su vocación. Supo tejer, con buena mano de artista, una historia de amor y otra de terror político de las que el autor es testigo histórico. La novela nos hiere y cautiva, apasiona y desespera. Los invito a descubrir los misterios que se esconden en Bajo aguas turbias.
Raúl Bartolomé, publicista
Bajo aguas turbias retrata de cuerpo entero una “era” donde ser joven era sinónimo de subversión y adhesión a las ideas de izquierda, a quienes el sistema no dejaba otra alternativa que la de luchar por la libertad y la edificación de una sociedad verdaderamente democrática, justa e igualitaria.
Juan De La Cruz, historiador
Bajo aguas turbias es la crónica de una época que siempre nos dará tristeza evocar. La historia de una generación que prefirió morir de pie y a no vivir de rodillas. Una manera de recordar que la sangre derramada es la prehistoria de la democracia.
Vianco Martínez, periodista
Una novela rica en emociones. Una mezcla bien elaborada de realidad y ficción, en donde un hilo imperceptible separa una de otra, y nos adentra en episodios turbios de acontecimientos sociopolíticos de mitad del siglo pasado.
Freddy González, político.
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