La pandemia del año 2020 nos tomó a todos por sorpresa. Hemos experimentado otras temporadas de virus, pero ninguno tan terrible como este coronavirus, mejor conocido como COVID-19. Los expertos, doctores, científicos, políticos, gobernantes y líderes religiosos no sabían cómo atacar el problema; y aún hay muchas preguntas sin respuestas.
Por consiguiente, el temor y la ansiedad comenzaron a invadir los hogares alrededor del mundo y a convertirse en el pan de cada día.
Cuando menos lo esperas llegan esas circunstancias difíciles. Jesús les dijo a los discípulos: “vengan, crucemos al otro lado”. Al escuchar la instrucción del Maestro ellos prepararon su barca y en obediencia emprendieron el viaje. Cuando Jesús les dice “crucemos al otro lado” no solamente estaba indicando esto sino otras cosas que se revelan en el proceso de ese viaje.
El otro lado es a donde Cristo desea llevarnos, es la tierra del propósito y de la bendición. Ahora bien, desde el punto en donde te encuentras, hasta el otro lado, existe una distancia.
Las palabras de Cristo encierran muchas revelaciones y tesoros que hoy busco escudriñar juntamente contigo. Te invito a que descubramos lo que hay al intentar cruzar con Jesús al otro lado.
Para el abordaje y comprension del conjunto de textos contenidos en este libro se hace necesario, me parece, un breve recorrido por la dilatada tradicion literaria occidental. Ello asi, porque, en lo que a la conformacion produccion del relato se refiere, y durante la practica clasica, su produccion y codificacion estuvo bajo la vigilancia de dos disciplinas diferentes: la Poetica y la Retorica.
Debe quedar claro que en estos relatos no hay absolutamente nada de ficción, cualquier asomo de la imaginación ha sido aporreado y desterrado de estas páginas a punta de bayoneta, recordando la vieja frase proverbial de que “las bayonetas sirven para todo menos para sentarse sobre ellas”. Lo que aquí se narra es lo que sucedió, no lo que debió pasar y no pasó nunca, porque no se puede corregir la historia, ni mucho menos analizar lo que no ocurrió en más de treinta años de servicio que estuve en la “guardia”, que es para cualquiera que pase por ella la más extraordinaria experiencia vivencial dominicana que se pueda tener.