«Muy a menudo dudo de si alguna vez haré imprimir una línea. ¿Sabes qué sería una bella idea la del joven que, hasta los cincuenta años no hubiera publicado nada, y que de golpe, hiciese aparecer, un buen día, sus obras completas y no hiciera nada más?». Con un nivel de autoexigencia artística como pocos autores han demostrado tener, Gustave Flaubert (1821–1880) esperó hasta los treinta y seis años para publicar Madame Bovary, y, sin embargo, quiso privar a sus lectores de la mayor parte de su narrativa breve previa que, sin duda, está a la altura en calidad e importancia al resto de su obra. Gran parte del valor de esta edición de sus Cuentos completos reside en reunir por primera vez en nuestro idioma todos esos trabajos –casi desconocidos todavía– que permanecieron ocultos hasta su muerte, y que subrayaban ya la genialidad del autor francés. Pero, como no podía ser de otra forma, se incluye también –en la exquisita edición de Mauro Armiño, dos veces Premio Nacional de Traducción– el último de sus libros, Tres cuentos (1877), hito del género compuesto por los clásicos «Herodías», «La leyenda de san Julián el Hospitalario» y, por supuesto, esa obra maestra titulada «Un corazón simple». Desde ahora Flaubert no solo es Madame Bovary, sino también cada uno de los cuentos que integran esta propuesta imprescindible.
En apenas dos décadas, Joseph Roth (1894-1939), uno de los escritores en lengua alemana más importantes del siglo xx, diseminó su talento en periódicos y revistas, en centenares de artículos, en novelas canónicas como La marcha Radetzky y Job, y en cuentos magistrales como los que presenta esta edición única en castellano. El volumen incluye las diecinueve narraciones que han llegado hasta nosotros del gran escritor austrohúngaro, entre las que hay varias inéditas en castellano y otras tantas clásicas, en una nueva traducción. De «El alumno aventajado», su primer cuento publicado en 1916, a «La leyenda del santo bebedor», pasando por «El Leviatán», la última parábola de Roth, o «El busto del emperador», su hermoso y melancólico homenaje al imperio perdido.
Por obras tan rotundas como El amante de Lady Chatterley o El arco iris, David Herbert Lawrence (1885-1930) no solo pasó a la historia de la literatura, sino que lo hizo como un provocador e incómodo crítico de la sociedad, pero también –y en ocasiones de forma injusta– como un autor erótico, decididamente obsceno al que había que leer a escondidas.
El conjunto de su narrativa breve, sin embargo, viene a demostrar que la literatura de Lawrence podía ser tan compleja y variada como lo fue su autor –poliédrico, dinámico, puro instinto, arrebato y pasión–, y despertar la admiración de autores como Ezra Pound, Ford Maddox Ford, E. M. Foster, Anthony Burgess o Aldous Huxley.
«He intentado, no sé con qué fortuna, la redacción de cuentos directos. No me atrevo a afirmar que son sencillos; no hay en la tierra una sola página, una sola palabra, que lo sea, ya que todas postulan el universo, cuyo más notorio atributo es la complejidad.» Este volumen reúne todos los cuentos de Borges, uno de los legados más influyentes y deslumbrantes de la literatura occidental. El universo borgia-no, con sus espejos, laberintos, tigres, bibliotecas, gauchos o máscaras, es ya uno de los paisajes fundamentales del siglo XX. En este libro, el verdadero libro de libros, se encuentran obras maestras como «El jardín de los senderos que se bifurcan», «Fierre Menard, autor del Quijote», «Funes el memorioso», «El Sur», «El Aleph» o «Ulrica». Leer estos cuentos supone releer la historia de la humanidad y emprender una de las aventuras más enriquecedoras, bellas y emocionantes de todos los tiempos.
La segunda y última entrega de la colección «Cuentos completos» de Isaac Asimov que contiene con cuarenta cuentos cortos.
Los miles de lectores de Asimov, que vienen apasionándose desde hace más de cincuenta años con sus cuentos de ciencia ficción, van topando muy a menudo con el problema de que se trata de un autor tan prolífico que resulta imposible tener la certeza de haber leído todo lo que publicó en este género.
Además de novelista, Philip K. Dick fue un prolífico autor de cuentos, muchos de los cuales han sido llevados al cine en los últimos tiempos. Él mismo reunió su producción breve en cinco volúmenes que recuperamos en una edición revisada.
Esta primera entrega recoge 25 relatos escritos entre 1951 y 1952, auténticas joyas literarias que destilan la magia propia de Dick y donde quedan patentes sus constantes obsesiones: la muerte, la alienación, la locura, la religión y la represión, y la naturaleza esquiva de la realidad.
De lectura ágil y entretenida, este libro nos invita tanto a iniciarnos en el fascinante universo dickiano como a observar la evolución del luminoso talento de uno de los escritores más relevantes del siglo XX.