Alicia Berenson, una pintora de éxito, dispara cinco tiros en la cabeza de su marido, y no vuelve a hablar nunca más. Su negativa a emitir palabra alguna convierte una tragedia doméstica en un misterio que atrapa la imaginación de toda Inglaterra.
Theo Faber, un ambicioso psicoterapeuta forense obsesionado con el caso, está empeñado en desentrañar el misterio de lo que ocurrió aquella noche fatal y consigue una plaza en The Grove, la unidad de seguridad en el norte de Londres a la que Alicia fue enviada hace seis años y en la que sigue obstinada en su silencio. Pronto descubre que el mutismo de la paciente está mucho más enraizado de lo que pensaba. Pero, si al final hablara, ¿estaría dispuesto a escuchar la verdad?
La palabra mágica es un "estuche de joyas" que contiene algunos de los textos más agudos de Augusto Monterroso (1921-2003), en los que saca a relucir su faceta de lector autárquico -de su amado Cervantes, Quiroga, Góngora, Quevedo, Montaigne o Borges-, de traductor -y nos regala perlas como "Sobre la traducción de algunos títulos"- y de mero mortal que reflexiona con su característico ingenio sobre las ínfulas de grandeza o la falsa promesa de inmortalidad que da la fama.
Una expedición a la Antártida acaba en tragedia tras una fuerte tormenta. Uno de los miembros del equipo ha desaparecido y otro, Robert Wright, un veterano del trabajo de campo en el continente antártico que tiene las claves de lo ocurrido, sufre un ictus que lo deja incapacitado. De vuelta en casa, las consecuencias del accidente tienen efectos profundos en él y su entorno: su mujer Anna, una apasionada científica, se convierte que emplearse a fondo para recuperar el lenguaje y la movilidad.
La aclamada nueva novela de Jon McGregor, uno de los grandes autores de la literatura inglesa actual, nos habla de la valentía y del indómito impulso de contar que tenemos los seres humanos, incluso cuando faltan las palabras. Una aventura conmovedora sobre la fina línea que separa el sacrificio del egoísmo y sobre el infravalorado e inadvertido coraje que se necesita para llegar hasta el final del día.
Joy tiene 34 años, 20 en el cuerpo y 100 en la cabeza. Trabaja en una agencia de publicidad que conecta a influencers con grandes marcas. Es un mundo centrado en la imagen y el lujo en el que se espera de ella que sea brillante pero Joy siente que no tiene ningún talento, que no está a la altura, y para compensar ese sentimiento que la acompleja se pone mucha presión. Ha perdido la alegría de vivir. Ella, que de niña era una explosión de felicidad y que su padre había bautizado como «su palomita», se encuentra al borde de la implosión y ha desarrollado un síndrome digital que le proporciona la falsa ilusión de tenerlo todo bajo control. Cuando su jefe le encarga la delicada tarea de organizar un evento especial para celebrar el décimo aniversario de la agencia, Joy busca la colaboración de Benjamin y su equipo y ese encuentro providencial pondrá patas arriba su vida. Poco a poco recuperará la seguridad en sí misma y la melancolía se alejará. Pero atención, porque cuando una palomita explota, hace ruido, mucho ruido...
En 1920, el barrio de Asakusa representaba para Tokio lo que Montmartre había sido para París en 1890 y lo que Times Square sería para Nueva York en 1940. Un lugar que permitía el anonimato, la libertad, la deriva; un lugar donde la vida fluía por todas partes, lleno de placeres sexuales y sociales.
La pandilla deAsakusa captura el encanto decadente de ese distrito de teatros de revista, bares de jazz y burdeles, arquitectura modernista y cines destartalados. Comparada con Duhlineses de James Joyce y Berlín Alexanderplatz de Alfred Dóblin, esta novela de Yasunari Kawabata retrata la energía desbordante de Asakusa mediante la crónica, el retrato popular, las escenas callejeras y un ritmo cinematográfico.
Diferente de su obra posterior, se pueden reconocer, sin embargo, ciertos motivos propios: el erotismo, la venganza amorosa, el influjo envenenado de Occidente. Testimonio impar del choque de las tradiciones milenarias de Japón con el florecimiento de la ciudad moderna. La pandilla deAsakusa confirma el carácter universal de uno de los artistas más eminentes del siglo XX.
Ha llegado la temporada de bodas a Nantucket, una época en la que los vestidos blancos se ven casi tan a menudo como las puestas de sol, y el enlace que unirá a las familias Otis y Winbury es el evento más esperado: los adinerados padres del novio no han escatimado en gastos para que la boda de su hijo sea lo más lujosa posible.
Sin embargo, hallan el cuerpo sin vida de una mujer en el puerto justo antes de la ceremonia y, de repente, todos los asistentes se convierten en sospechosos. Incluidos los novios.
El jefe de policía, Ed Kapenash, decide interrogar a todo el mundo y, poco a poco, los secretos van saliendo a flote. Y no tarda en quedar claro que toda boda es un campo de minas y que, por mucho que lo parezca, ninguna pareja es perfecta.