Paul Theroux ha recorrido el mundo en busca de las historias y los pueblos que dan vida a los lugares que llaman hogar. Ahora, mientras los debates sobre inmigración hierven en todo el mundo, Theroux se ha propuesto explorar un país clave para comprender el discurso global actual: México.
Con la misma sensibilidad humanizadora que lo caracteriza, el legendario escritor de viajes recorre toda la frontera entre Estados Unidos y México, se adentra en las carreteras de Chiapas y Oaxaca, visita a los trabajadores de los molinos zapotecas en el altiplano y asiste a una reunión del partido zapatista para descubrir el mundo rico y estratificado que también hay detrás de un país convulso.
Él es un prestigioso cineasta sueco, un hombre genial que anota obsesivamente sus sueños junto a la mesilla de noche. Ella es su hija, la menor de nueve hermanos. Cada verano, desde que era una niña, ha acudido a la casa del padre en la remota isla de Fårö. Ahora que ella es adulta y él roza los noventa años, proyectan hacer un libro sobre la vejez. Al padre le preocupa perder el habla, los recuerdos y la lucidez. Hacerse mayor no es tarea fácil, dice. Escribirán el libro a cuatro manos. Ella hará las preguntas. Él las contestará. Sin embargo, cuando la hija llega a la isla con su grabadora, el decaimiento mental y anímico de su padre preludian una muerte cercana.
La historia de dos diplomáticos que, guiados por sentimientos humanitarios, acabaron conviertiéndose en héroes.
El periodista Diego Carcedo, premio Espasa de Ensayo por Entre Bestias y Héroes, ahonda en la heroica peripecia de dos diplomáticos, el español Eduardo Propper de Callejón y el portugués Aristides de Sousa Mendes, ambos cónsules en Burdeos durante la II Guerra Mundial.
Este libro es una auténtica encrucijada en la que se dan cita el ritmo de una interesante novela, la mejor divulgación histórica y una necesaria investigación periodística. De la mano de un periodista español anónimo, al que su periódico de Madrid envía como corresponsal a Burdeos a principios del verano de 1940, el lector se sumerge en una ciudad tomada por miles de personas huyendo caóticamente del avance nazi.
En esa turbamulta, los judíos encontraron dos inesperados aliados en los cónsules de España y Portugal quienes, anteponiendo sus principios a los dictados de sus respectivos gobiernos, el de Franco en Madrid y el de Salazar en Lisboa, se dedicaron incansablemente a facilitar la huida de miles de judíos. En ese momento, su actuación les acarreó duras consecuencias personales. La posteridad, sin embargo, honra su memoria.
José María Fonollosa no es tanto un poeta marginado por la época como un poeta que decide marginarse de una época con la que no comulga. Cantó a las ciudades que lo conocieron, como si el enjambre de calles fuera el silencioso testigo de su paso por el mundo: Barcelona, La Habana, Nueva York. Y su canto no habla de la agustiniana ciudad de dios, sino del ser humano: del hombre que no encuentra su lugar en el mundo y menos entre otros hombres. Es, en definitiva, la suya una voz libre y cercana, un poeta que dice lo que piensa y que ofrece en sus versos un retrato acerado y valiente de las fobias, las ilusiones y los fracasos del hombre contemporáneo.
A raíz de una insignificante batalla entre dos reinos anclados en el olvido de la India del siglo XIV, una niña de nueve años tieneun inesperado encuentro que cambiará el curso de la historia. Tras presenciar la muerte de su madre, la niña, Pampa Kampana, se convierte en receptáculo de una diosa que empieza a hablar por su boca. La diosa le otorga poderes que escapan a la comprensión de Pampa Kampana y le confía que va a ser fundamental en la erección de una gran ciudad llamada Bisnaga, literalmente “ciudad de la victoria”, la maravilla del mundo.
En los siguientes dos siglos y medio la vida de Pampa Kampana estará íntimamente ligada a la de Bisnaga, desde la siembra de una bolsa de semillas mágicas hasta su trágica perdición a causa de motivos puramente humanos: la soberbia de quienes ostentan el poder.
Todo el mundo confía en María para salir del enredo que se ha formado en este curso. La directora la lio parda al presentar una solicitud y ahora les han concedido una suculenta beca, pero nadie quiere organizar la red colaborativa entre centros que les exigen. El claustro ya está a punto de aceptar que Mister Marshall pasará de largo cuando María acepta ponerse al frente del proyecto.
Por mucho que algunos piensen que los maestros tienen quinientos meses de vacaciones y que se pasan el día recortando cartulinas, la verdad es que María no sabe de dónde sacará el tiempo para poner de acuerdo a tres escuelas de la España vaciada. Sobre todo ahora que su madre la ha metido en otro buen embolado y le ha endilgado a su prima en casa para ver si esta continúa magisterio o le va más el cine. Y es que, a ratos, la vida de los maestros parece una película.