La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado de penetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de mi ciudad, mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está en estas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo... La prosa convive con el verso; acaso para la imaginación ambos son iguales.Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar a todas. Obras completas 4 (1975-1988).
La mejor novela de fantasía jamás escrita Érase una vez un mago que se llamaba Merlín que preparó a un joven apodado Verruga para un futuro inimaginable en el que se aliaría con los caballeros más célebres del mundo, conocería a una mítica reina y sería coronado como Arturo, rey de Camelot. Esta es una fascinante historia de aventuras, amor, traición y magia que ha cautivado a lectores de todas las edades.
Era y es Paradiso una verdadera meditación sobre el génesis del hombre, sobre el génesis mismo.María ZambranoLeo Paradiso poco a poco con creciente asombro y deslumbramiento. Un edificio verbal de riqueza increíble, mejor dicho, no un edificio sino un mundo de arquitecturas en continúa metamorfosis.Octavio Paz[] la excitación, el deslumbramiento, la perpleja admiración que deja en el lector esta expedición por ese gigantesco e insólito Paradiso, concebido por un gran creador y propuesto a sus contemporáneos como territorio de goces infinitos.Mario Vargas Llosa[] Lezama Lima, intercesor de oscuras operaciones de ese espíritu que precede al intelecto, de esas zonas que gozan sin comprender, del tacto que oye, del labio que ve, de la piel que sabe de las flautas a la hora pánica y del terror en las encrucijadas con luna llena.Julio CortázarJuntos por primera vez en cualquier lengua, aquí están los XXIV capítulos revisados de la inconclusa Paradiso-Oppiano Licario, la novela órfica de uno de los escritores canónicos del siglo XX. Las crónicas de La Habana del poeta, ensayista y narrador José Lezama Lima (1910-1976) fueron el libro inaugural de Verbum en 1990. A ellas Verbum suma hoy numerosos volúmenes de su bibliografía directa e indirecta.
En una versión alternativa de la América de 1893, Nueva York forma parte de los Estados Libres, donde el matrimonio homosexual está permitido. Un muchacho de familia distinguida se debate entre casarse con un pretendiente elegido por su abuelo o escoger a un profesor de música con pocos recursos de quien está enamorado. En un Manhattan de 1993 asediado por «la enfermedad», un joven hawaiano vive con su pareja, cuya edad e ingresos superan con creces los suyos, y le oculta su infancia problemática y el destino de su padre. Y en 2093, en un mundo asolado por plagas y gobernado por un estado totalitario, un poderoso científico y su familia intentan encontrar las estrategias necesarias para sobrevivir sin perderse unos a otros por el camino.
Como en una sinfonía fascinante e ingeniosa, estas tres partes conforman una novela monumental, histórica y distópica en la que el amor parece imposible y, sin embargo, los protagonistas, con sus limitaciones y secretos, se obstinan en buscarlo como único modo de llegar al paraíso.
Hace seis años, un asesino mató al rey Alethi, y ahora está asesinando a los gobernantes de todo Roshar; entre sus principales objetivos es Dalinar. Kaladin está al mando de los guardaespaldas reales, un puesto controvertido por su baja condición, y debe proteger al rey y a Dalinar, mientras que en secreto domina nuevos poderes extraordinarios vinculados a Syl. Shallan tiene la carga de impedir el regreso de Voidbringers y el fin de la desolada civilización que queda. Los Parshendi están convencidos por su líder a arriesgarlo todo en una apuesta desesperada con las fuerzas sobrenaturales que una vez desaparecieron.
Los diarios de Stefan Zweig comprenden cerca de treinta años de la vida del escritor, y por su espontaneidad son un documento irremplazable, además de un gran contrapunto a su autobiografía El mundo de ayer. Las páginas de este volumen, a menudo dictadas por la urgencia del momento pero tan lúcidas como sus textos más elaborados, nos descubren el día a día del escritor en Viena, París, Zúrich o Berna—donde cultivó la amistad de otros intelectuales, como Émile Verhaeren, Romain Rolland y Rainer Maria Rilke—, o la fascinación que le produjeron dos ciudades americanas como Nueva York y Río de Janeiro. Pero tambien nos revelan el íntimo horror que supuso para Zweig la Gran Guerra y, dos decadas despues, la deriva totalitaria y antisemita del continente y el ascenso del nazismo, que lo empujaron a buscar desesperadamente un refugio lejos del descorazonador hundimiento de Europa. Estos diarios nos brindan una vez más la voz del gran cronista del mundo de ayer, que en muchos momentos parece seguir revelándonos el de hoy y tal vez incluso el del mañana.