El regreso a la naturaleza y su preservación no es una obsesión ni una necesidad actual, sino que corre en paralelo a la historia de la humanidad y cobra especial fuerza durante el ilustrado Siglo de las Luces y su sucesor, el industrializado siglo XIX, que verá crecer de modo exponencial la población y la tecnología, con la consecuente explotación exhaustiva de materias primas que agota la tierra. Hoy seguimos sufriendo los males que todo esto acarrea, y no parece que haya voluntad de aplicar la medicina que nos sane.
Esta antología, cuyos relatos fueron publicados entre 1830 y 1903, no se ocupa de la naturaleza arcádica de los grecolatinos, ni del jardín del edén de los escritores medievales y renacentistas, ni del paisajismo Barroco, sino de la naturaleza que nos atraviesa como «las corrientes del Ser Universal». Se ocupa, pues, del movimiento que promovieron los transcendentalistas, y del contagio de sus ideas en contemporáneos y sucesores; un contagio que dará lugar a un nuevo género e incluso a una novedosa manera de contar, propio de la literatura estadounidense, que llega hasta nuestros días.
En esta irresistible novela, dos matrimonios de la alta sociedad, uno estadounidense y otro británico, coinciden en un balneario alemán en el período de entreguerras. La relación de amistad, celos e infidelidades que forjan da paso a una crítica demoledora de la sociedad victoriana y un conmovedor retrato de la naturaleza humana.
Con su proverbial maestría, Ford hace un uso innovador de técnicas narrativas con las que consigue mantener la tensión dramática y el interés del lector desde la primera página y hace de esta novela una de las grandes obras literarias del siglo XX.
El burlador de Sevilla significa la irrupción en la literatura de uno de sus grandes mitos, el de don Juan, el aristócrata amoral y cínico que seduce mujeres por el mero hecho de conquistarlas. De todas las versiones, la de Tirso es la más despiadada: ostenta que el mayor "gusto que en mí puede haber / es burlar a una mujer / y dejarla sin honor", con lo que a la ofensa une la crueldad, el desprecio de las leyes divinas y humanas e incluso el mofarse de la otra vida.
Considerado por su habilidad como narrador y su finura en la penetración psicológica como cenit de las letras francesas de su tiempo y precursor de la novela moderna, Chrétien de Troyes iniciaría con El Caballero de la Carreta la glorificación de los valientes caballeros de la Tabla Redonda conformando en la materia artúrica un modelo literario procedente tanto del elemento fabuloso de raíces célticas como del universo cortés en el que el autor lo inscribe. Prólogo y traducción de Luis Alberto de Cuenca y Carlos García Gual
Considerado por su habilidad como narrador y su finura en la penetración psicológica como cenit de las letras francesas de su tiempo y precursor de la novela moderna, Chrétien de Troyes iniciaría con El Caballero de la Carreta la glorificación de los valientes caballeros de la Tabla Redonda conformando en la materia artúrica un modelo literario procedente tanto del elemento fabuloso de raíces célticas como del universo cortés en el que el autor lo inscribe.
Compuesto entre 1170 y 1181, paralelamente a "El Caballero de la Carreta" -publicado también en esta colección-, "El Caballero del León" narra las aventuras de Yvain, hijo de Urien, incorporando así al personaje a la extensa galería de las obras en prosa y en verso que forman la "materia de Bretaña". El elemento maravilloso procedente de las leyendas celtas que configura alguna de las aventuras principales (como la Aventura de la Fuente) se entrelaza con motivos de la Antigüedad clásica (como el del león agradecido) en una serie de episodios concatenados con una destreza que convierte a Chrétien de Troyes (ca. 1135-1190) en uno de los precursores de la novela moderna. Introducción y traducción de Isabel de Riquer
Compuesto entre 1170 y 1181, paralelamente a "El Caballero de la Carreta" -publicado también en esta colección-, "El Caballero del León" narra las aventuras de Yvain, hijo de Urien, incorporando así al personaje a la extensa galería de las obras en prosa y en verso que forman la "materia de Bretaña". El elemento maravilloso procedente de las leyendas celtas que configura alguna de las aventuras principales (como la Aventura de la Fuente) se entrelaza con motivos de la Antigüedad clásica (como el del león agradecido) en una serie de episodios concatenados con una destreza que convierte a Chrétien de Troyes (ca. 1135-1190) en uno de los precursores de la novela moderna.
En 1922, el círculo espiritista de Crewe, liderado por William Hope, fue acusado de fraude por la Sociedad de Investigación Psíquica Británica. Arthur Conan Doyle, creador del mítico detective Sherlock Holmes y gran adepto al espiritismo, no dudó en salir en su defensa. En este texto, articulado como una apasionante investigación, rastrea todas las pruebas a favor y en contra de Hope para proclamar la autenticidad de las imágenes de ectoplasmas tomadas con medios fotográficos. Paradójicamente, Doyle pone aquí todas las habilidades racionales propias de Holmes al servicio de lo irracional. El libro incluye las reproducciones de las fotografías de «fantasmas» originales, y se complementa con testimonios reales de la época, además de un ensayo sobre la naturaleza psíquica del espiritismo y su relación con el psicoanálisis y la escritura automática. Un libro imprescindible para los fans de Arthur Conan Doyle, de la literatura sobre fenómenos paranormales y de la época victoriana en general.