A pesar de la enorme importancia de la obra poética de Percy Bysshe Shelley (1792-1822), a quien Lord Byron definió como «el mejor y el menos egoísta de los hombres», no hay una gran antología de su obra traducida al español. El poeta, ensayista y traductor José Luis Rey, que ya se ha encargado de trasladar al español las poesías completas de Emily Dickinson y T. S. Eliot, así como Harmoiun, una de las grandes obras de Wallace Stevens, ha traducido la antología más completa de Shelley hasta el momento en español, titulada "Donde están los eternos". En ella se puede rastrear al Shelley idealista y plenamente convenbcido de la capacidad visionaria y liberadora de la Poesía. Suya es la frase célebre: «Los poetas son los legisladores no reconocidos del mundo».
Además de ser una de las grandes novelas del siglo XX, El caballo rojo es un apasionante documento histórico, que abarca la historia de Italia e indirectamente la de Europa desde los inicios de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los setenta. Sigue la pauta de la gran novela rusa, al estructurar la historia en torno a una amplia familia y sus amigos, sus trabajos y alegrías, sus hijos y la muerte, aunque conserva el carácter propio de la novela mediterránea.
Su autor participó como oficial en la campaña de Rusia, y sus descripciones tienen la fuerza de lo vivido, como también sucede en los relatos de guerra en el norte de África y en los Balcanes, pues Corti acudió a testigos presenciales para documentarlos. Consigue así una coherente unidad en los sucesos bélicos, y un realismo desgarrador, que se une a su maestría en la creación de personajes.
«El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vio. Hay que volver alos pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado. Hay que comenzar de nuevo el viaje. Siempre.El viajero vuelve al camino».
Entre octubre de 1979 y julio de 1980, José Saramago recorrió Portugal en un itinerario que le llevó de Trás-os-Montes al Algarve y desde Lisboa hasta el Alentejo. Este libro, en el que se entremezcla la crónica con la narración y los recuerdos, es el resultado de ese viaje. Saramago se revela en él como un viajero de gran sensibilidad, siempre atento a lo que ven sus ojos, a descifrar la realidad del país y entender también con ello su pasado.
Esta edición especial de Viaje a Portugal, publicada con ocasión del centenario del nacimiento del Nobel portugués, incluye, por primera vez, todas las fotografías que Saramago realizó durante su viaje —casi todas inéditas— junto con otras del fotógrafo Duarte Belo.
Cumbres Borrascosas (1847) se ha convertido en la gran novela romántica por excelencia, o, aún más, en un mito moderno que ha inspirado películas, óperas, secuelas y canciones pop. La única novela de Emily Brontë ?«árida y nudosa como la raíz del brezo», según su hermana Charlotte? bebe sin duda de la fascinación por el género gótico: hay en ella apariciones, noches sin luna, confinamientos desesperados y crueldad sin medida. Pero la tensión y la incertidumbre que imprime a sus atormentados personajes y su tortuosa trama superan toda convención y nos sumergen en una atmósfera de pesadilla que difícilmente volveremos a encontrar en la historia de la literatura.
«Mi tutor piensa tanto en sí mismo que, si yo no hago igual, me olvidarán»: este plan de vida es el del joven Martin Chuzzlewit, criado por su rico abuelo en el interés y ladesconfianza, especialmente de los múltiples miembros de su propia familia, que conspiran todos para heredar. Cuando el joven se enamora de Mary Graham, la señorita de compañía de su abuelo, y desata la ira de este, busca refugio en casa de otro pariente suyo, el señor Pecksniff, arquitecto que jamás ha construido nada e imagen viva de la mezquindad y la hipocresía.«Y lo que es cierto de las familias lo es también de la sociedad.» Según cuenta André Maurois, Dickens tenía pensado empezar la novela así: «Escena: vuestra casa. Personajes: vosotros mismos». Y añade: «Se abstuvo e hizo bien. Todo era demasiado real para que lo aceptáramos».
EL ESCRITOR VIVE, la tarea de ser poeta no se cumple en determinado horario. Nadie es poeta de ocho a dos y de dos a seis. Quien es poeta lo es siempre, y se ve asaltado por la poesía continuamente. De igual modo que un pintor, supongo, siente que los colores y las formas están asediándolo. O que un músico siente que el extraño mundo de los sonidos —el mundo más extraño del arte— está siempre buscándolo, que hay melodías y disonancias que lo buscan. Para la tarea del artista, la ceguera no es del todo una desdicha: puede ser un instrumento.
J.L.B.