En Una extraña ciencia, Julio Rodríguez ahonda en la línea poética que ha empezado a construir desde su primer libro: una poesía fresca y cercana, intensa pero contenida, que brilla con luz propia. Los poemas recogidos en este volumen plantean de manera magistral esa extraña ciencia de vivir, hablándonos sin tapujos de las pequeñas derrotas y satisfacciones cotidianas y haciendo una lectura del amor fuera de tópico
Un juego entre amantes. Una obsesión. Un tipo de amor que lleva a la muerte. Un thriller distinto, una perturbadora vuelta de tuerca al suspense psicológico. Él dice que es amor. Para ella es obsesión. Mike y Verity llevaban nueve años juntos. Su relación era especial y les encantaba llevarla al límite con un juego muy personal, irresistible. Una prueba de amor y deseo eternos. Por eso, cuando Mike recibe la invitación a la boda de Verity sabe que lo único que ella quiere es que juegue, y él jugará hasta el final.
La carrera profesional de Florence Lovelady llegó a lo más alto cuando treinta años atrás ella misma dirigió el arresto de Larry Grassbrook, un fabricante de ataúdes y asesino en serie. Como algo propio de nuestras peores pesadillas, las víctimas eran niños y fueron enterrados vivos. Florence resolvió el misterio y encerró a Larry en la cárcel el resto de su vida, justo antes de que más niños fueran asesinados.
Treinta años más tarde, Larry ha muerto y los hechos del pasado vuelven a repetirse. ¿Estuvo Florence equivocada durante todos estos años? ¿O hay algo mucho más oscuro y macabro?