No cabe duda de que uno de los más potentes efectos que la filosofía de Spinoza produjo durante los tres últimos decenios del siglo XVII fue el de conferir una unidad de intención crítica, a veces desmedida en su violencia, a judíos y cristianos (ya fueran católicos o reformados), místicos y teólogos racionales, cartesianos y anticartesianos, oratorianos y jansenistas. El odio teológico y metafísico suscitado por el judío de Áms-terdam fue unánime, si bien las estrategias y tácticas desplegadas para aniquilar su doctrina fueron varias. De todas ellas se hace eco Fierre Bayle, guardando y difundiendo por los siglos su memoria. Pero lo hace construyendo a la vez, paciente y laboriosamente, a lo largo de más de veinte añqs y en prácticamente todas sus obras, una imagen mítica y, como tal, perdurable del famoso y temido «ateo de sistema». De esta manera, y dado que los escritos que aquí se ofrecen constituyen una suerte de corpus fundamental —al que se ha visto obligado a recurrir todo aquel que durante la práctica totalidad del siglo xvm quisiera informarse sobre la vida y la doctrina de Spinoza—, los efectos provocados por su filosofía comienzan a transformarse. El spinozismo quedará convertido en una de las más potentes condiciones de la elaboración del programa filosófico de la Ilustración más crítica y radical.
En la serie titulada informalmente ?Conceptos políticos fundamentales? Joaquín Abellán se propone desbrozar, aclarar y contextualizar según su recorrido histórico los grandes pilares sobre los que se sustenta la teoría política. Después de los volúmenes dedicados a la Democracia y a la Política, ?Estado y soberanía? muestra los distintos significados y usos que han tenido estos conceptos, muy a menudo oscilantes, a lo largo de la historia: desde la Edad Media y, poco después, Maquiavelo -quien pasa por ser el formulador del concepto ?moderno? de Estado-, hasta las perspectivas e incertidumbres que a día de hoy arrojan sobre ellos la globalización y la transformación de las propias sociedades. Escrito con un rigor y una claridad poco habituales, el libro es un instrumento indispensable para todo aquel que, ya sea por obligación o por interés, desee proveerse de un campo óptimo de referencias relativo a este concepto.
En su sistemático desmantelamiento de la falsa condición de árbitros mundiales de la democracia que se atribuye Estados Unidos, Estados fallidos es la crítica más centrada y urgente de Chomsky hasta la fecha.Estados fallidos son, para Chomsky, los que carecen de capacidad para proteger a sus ciudadanos de la violencia y se consideran más allá del derecho.Estados Unidos supone un peligro cada vez mayor para sus habitantes y el mundo en general, ya que sus propias instituciones democráticas atraviesan una grave crisis y sus políticas y prácticas sitúan el mundo al borde del desastre nuclear y medioambiental.