A Gilles de Rais, barón, terrateniente y mariscal de Francia, pocas figuras le hacían sombra en cuanto a poder feudal, prestigio y posesiones. Heredero de un gran patrimonio, se cuenta que su fortuna superaba a la del mismísimo rey. Alcanzó la gloria militar en el contexto de la Guerra de los Cien Años como compañero de armas, protector y admirador de Juana de Arco, santa y heroína de Francia. Pero en lo que verdaderamente no tuvo rival en su época fue como criminal demente y aterrador, violador y homicida. A él se le considera el primer asesino múltiple de la historia. Su momento mayor excitación sexual se producía cuando veía a los niños morir, ya fuesen estrangulados hasta la asfixia o degollados y chorreando sangre.
La falta de límites propia de la nobleza feudal explica en parte por qué Gilles de Rais se convirtió en el monstruo desalmado que fue. Pero tan interesante como analizar su contexto histórico, lo es profundizar en las casuísticas personales que forjaron su comportamiento destructivo y delirante.
En la tercera semana de febrero de 1944, las fuerzas aéreas aliadas con base en Gran Bretaña e Italia lanzaron su primera gran ofensiva de bombardeos contra Alemania. Su objetivo: aniquilar las principales fábricas y centros de producción de la Luftwaffe y, al mismo tiempo, atraer a los aviones alemanes a una batalla aérea de desgaste con la que neutralizar a la aviación germana antes del desembarco de Normandía. Oficialmente llamada operación Argument, esta ofensiva aérea no tardó en conocerse como la «Gran Semana», y fue uno de los momentos decisivos de la Segunda Guerra Mundial.
UN DEBATE SOBRE LA CRUELDAD HUMANA A TRAVÉS DE LOS TEXTOS GRIEGOS
La antigua Grecia conoció la violencia en todas sus formas: guerras, matanzas, mitos crueles... Sin embargo, esta amenaza constante siempre se vio contrarrestada por escritores y filósofos helenos, que percibían su carácter inaceptable y alzaron sus voces para condenarla sin paliativos. Junto a estos alegatos contra la violencia, se defendieron otros ideales de humanidad, de justicia, de tolerancia y de solidaridad.
A través de numerosos testimonios antiguos, Jacqueline de Romilly analiza la mentalidad griega en relación con las diferentes formas de violencia y, sobre todo, muestra la indiscutible actualidad de una herencia que nos empuja a combatir contra ella.
LA GRAN CAÍDA DE ATENAS Y EL FIN DE UNA ÉPOCA DE ESPLENDOR
En el año 404 a. C., al final de una larga guerra contra Esparta que cambiaría la geopolítica del sureste de Europa, Atenas afrontó la más cruel de las derrotas. La polis se vio abocada a unos acontecimientos dramáticos que provocarían una lucha fratricida, en la que estaba en juego un sistema político entero y un modo de vida. A partir del diario del escritor Jenofonte ―que vivió en primera persona esta guerra civil―, y otras fuentes contrastadas, Luciano Canfora narra los memorables hechos de este conflicto que supuso un punto de inflexión en la historia de Grecia antigua y que tiene no pococo. s puntos ún con la era moderna.
La verdadera historia de la guerra por la corona de Inglaterra.
Durante el siglo XV, la corona de Inglaterra cambió de manos en cinco ocasiones mientras dos ramas de la dinastía Plantagenet libraban una lucha mortal por el derecho a gobernar. El conflicto se conoce como la guerra de las Dos Rosas, un enfrentamiento tan espectacular que inspiró desde las mejores obras de William Shakespeare hasta la saga de Juego de tronos.
En este fascinante volumen, el célebre historiador Dan Jones describe la caída de los Plantagenet, la familia real británica que más tiempo ha reinado, y cómo fue reemplazada por la dinastía de los Tudor. Una época convulsa en la que vivieron algunos de los personajes más famosos de la Edad Media: desde Juana de Arco y Enrique V, cuyo triunfo en Azincourt consolidó el poder de la monarquía inglesa, hasta Ricardo III, quien asesinó a sus sobrinos para hacerse con la corona que le habían robado. Fue también un fascinante periodo de luchas intestinas en el que reinas y consortes se hicieron con el poder y consiguieron doblegar a los hombres a su voluntad.
Entre 1914 y 1918 se libró la mayor guerra que el mundo había conocido, y los ejércitos de Europa se desangraron a una escala inédita mientras en el frente se revolucionaba la forma de combatir: los ejércitos se atrincheraron y, en Francia y Bélgica, la región fronteriza entre los Aliados y las Potencias Centrales se convirtió en una letal tierra de nadie surcada de alambre de espino, castigada por los proyectiles y sembrada de cadáveres. En el Frente Occidental, como se llamó a este teatro de la guerra, los soldados decidieron el destino de Europa y el mundo.
Con firme pulso narrativo, y respaldado por una profunda investigación que ofrece nuevas perspectivas sobre la Primera Guerra Mundial, Ismael López acomete una auténtica hazaña y nos sumerge en cuatro años de combates para conocer la historia completa del Frente Occidental, desde el empuje inicial alemán y el terror francés hasta la precaria paz de Versalles, pasando por la heroica resistencia belga y las grandes batallas y ofensivas, como el Marne, Verdún, el Somme o la Kaiserschlacht. Todo ello, sin perder jamás de vista el componente social del conflicto, pues la Gran Guerra también se libró en los hogares, ciudades y fábricas del continente, con consecuencias que se dejan sentir hasta nuestros días.
La guerra de las trincheras es la obra de referencia sobre la brutal trituradora de carne que fue el Frente Occidental.