Mujer de gran belleza y personalidad cautivadora, y fotógrafa excepcional, Lee Miller fue, por encima de todo, una aventurera.
En los años veinte, fue chica de portada de Vogue en Nueva York. Lo dejó todo para abrazar París, la fotografía y el surrealismo. Y no fue su última mutación dramática: se reinventó como corresponsal de guerra y llegó a documentar la liberación de Dachau.
Estas son solo tres de las muchas vidas de Lee Miller narradas por su hijo, Antony Penrose. Este íntimo relato ofrece una selección de sus mejores fotografías y reportajes, así como retratos de sus amigos Picasso, Tanning y Ernst. Penrose rinde homenaje a su madre revelando por fin a la mujer de talento extraordinario que fue en los turbulentos tiempos que le tocó vivir.
Los 90 fueron una época caótica, descarnada y tremendamente mágica para la música. Grandes estrellas, nuevas maneras de crear, estilos diversos: del grunge al hiphop, del suntuoso rythm and blues al disonante ska, de Britney Spears a Radiohead, de las Spice Girls a Sinéad O'Connor o de Blur a Nirvana.
Mezclando los ritmos como si nos lanzase a una enorme pista de baile, en Los 90 en 90 canciones (o más) el periodista musical Rob Harvilla revisita los empalagosos, pegadizos e icónicos hits de la generación X, en un relato que combina la solidez narrativa y el análisis agudo a un ritmo vertiginoso.
El 12 de julio de 1962, los Rollin’ Stones ofrecieron su primer concierto en el Club Marquee de Londres. Poco después, se añadió una «g», se encendió una chispa y su destino quedó sellado. Ya no había marcha atrás.
Estos cinco chavales blancos británicos se proponían tocar música afroamericana. Perfeccionaron un estilo rebosante de matices de blues mezclados con oscuras insinuaciones a las mujeres, al sexo y a las drogas. Denunciados como «corruptores de la juventud» y «mensajeros del diablo», crearon algunas de las canciones más electrizantes jamás grabadas.
Su sonido y actitud parecen ahora más fuertes e influyentes que nunca. Elvis ha muerto y los Beatles ya pasaron, pero Jagger y Richards dominan el mundo. Contradiciendo al proverbio inglés, puede que acumulen musgo, pero son culos de mal asiento y no pueden dejar de rodar.
Sin embargo, ¿cómo se convirtieron estos sumos inadaptados antisistema en la marca global que hoy conocemos? ¿Quiénes fueron sus víctimas? ¿Cuál es el legado olvidado? ¿Alguna vez realmente puede el artista separarse del arte?