Con resonantes logros en su haber, el exitoso cosechero se ufanaba de sus conocimientos en el Agro, y el dinero que había producido, con cultivos de ciclo corto, como tomates y ajíes. Según el, nadie se le acercaba, cuando de sapiencia en el área mencionada se trataba. Dado que sus conocimientos y experiencia, no los tenia ningún productor de la industria. Ni graduado, ni con conocimientos empíricos. Era infinitamente vano, aunque también muy agudo y trabajador. Pero si bien tenia estas dos ultimas virtudes, entre otras, parecía olvidar que era imperfecto como todo humano. Y como tal, proclive a equivocarse y a fallar.
Él me acogió cuando yo no tenía donde ir. No me manipula, no me hace daño, ni me ignora. Me escucha, me protege... ME VE. Pero mi corazón late demasiado fuerte cuando le oigo llegar a casa, o cuando me mira durante la hora del desayuno.
Tengo que parar esto. No puede pasar.
Mi hermana me dijo una vez que no hay ningún hombre bueno, y que cuando lo encuentras, no está disponible. El problema es que no es Pike Lawson quien no está disponible. Soy yo quien está fuera de su alcance.
La vida no es justa, y eso Logan lo sabe muy bien. Después de una dolorosa pérdida, su corazón se ha vuelto hermético, frío e inquebrantable. Por eso no le importa que todos crean que es el malo de la historia.
Leah nunca se ha sentido la protagonista de la suya. Vive con la cabeza enterrada en los libros, intentando pasar desapercibida, y se refugia en la gran comunidad de lectores que tiene en internet.
Leah no es el tipo de chica que Logan está buscando.
Y Logan es la clase de chico que Leah trata de evitar.
Quizá por eso lo que hay entre ellos funciona tan bien.