Un tirano por el día, un playboy por la noche. Esa es la reputación que precede a Richard VanRyan. Él vive su vida de la manera que quiere, sin importarle las opiniones de otros. No se preocupa ni por nada ni por nadie, y no tiene intención de cambiar su manera de ser.
Katharine Elliott trabaja como asistente personal de Richard. Ella le desprecia y no comparte su más que cuestionable ética profesional, pero no tiene otro remedio que soportar y gestionar todos los trabajos que Richard le encarga ya que necesita su trabajo para poder subsistir. Hasta que llega el día en el que él le pide algo que Katherine nunca imaginó. Un nuevo acuerdo, con un trabajo diferente, su prometida en lugar de su asistente personal.
¿Qué es lo que puede suceder cuando dos personas que se detestan, tienen que vivir juntos y actuar como si estuvieran locamente enamorados?
¿Sobrevivirán al acuerdo que han firmado?