FICHADOS. LOS ARCHIVOS SECRETOS DEL FRAN
La Brigada de Investigación Social, conocida por la oposición antifranquista como “La Social” o “La Secreta”, dependía de la Dirección General de Seguridad, un órgano del Ministerio de la Gobernación cuya sede estaba ubicada en la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol, edificio hoy conocido por estar en él el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. En el tiempo que duró el régimen, una obsesión de la DGS fue el control de la subversión. Para ello crearon un servicio de seguimiento de “activistas” y “desafectos”, tanto en España como en el exterior, y establecieron relaciones con centrales de inteligencia de otros países. Pero el mayor logro de la DGS fue el de generar en la opinión pública española que la seguridad de todos dependía de los ciudadanos y de cómo actuasen, favoreciendo así la relación de porteros, vecinos y miembros de organizaciones aspirantes a congratularse con el régimen, que se convirtieron en un ejército de delatores y confidentes, y acrecentando el conocimiento que “la Social” tenía sobre la vida cotidiana de los españoles y su afinidad política o religiosa. Se creó entonces la División de Investigación Social, al más puro estilo nazi, y la Secretaría Técnica, cuya labor consistía en crear boletines de uso interno que contenían fechas, nombres, fichas policiales y actuaciones de cuantos eran considerados un peligro para el régimen.
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