La cultura moderna es extensa y sofisticada, gigante en sus conocimientos y fuerte en su antropología, y muestra una sorprendente adaptabilidad y apertura para absorber, aclarar y unir. Sin embargo, en la actualidad se presenta a menudo separada de la fe que le dio vida, y sin la cual no es posible sobrevivir: se vuelve así frágil, cada vez más incapaz de adaptarse y unir.En la práctica, muchos aspectos de la cultura y de la vida pública sufren de racionalismo, individualismo, desigualdad, discordia e ingratitud. Tratamos de vivir aislados de nuestros semejantes, incapaces de reconocer el mundo y la vida que disfrutamos como regalos de Dios. El autor muestra cómo la cultura desafía a la fe, exigiendo de ella respuestas razonables; y cómo la fe desafía a la cultura actual, denunciando su fragilidad y planteando a su vez nuevas e interesantes preguntas.
Incluso en las zonas más desoladas de las ciudades estadounidenses, los desahucios solían ser acontecimientos raros. Hoy en día, sin embargo, las familias pobres se ven obligadas a invertir más de la mitad de sus ingresos en el alquiler de sus viviendas, y el desahucio se ha convertido en algo cotidiano, especialmente en el caso de las madres solteras. De los barrios marginales a los refugios, de los juzgados a los guetos, Matthew Desmond pasó años registrando las historias de aquellos que luchan por sobrevivir y no se dan por vencidos.
A caballo entre la crónica, la investigación académica y la crítica filosófica, el profesor Gabriel Gatti, hijo de un desaparecido por la dictadura uruguaya, recorre el mundo –la frontera sur de Europa en busca de los indocumentados que viajan en patera; las dos fronteras mexicanas, de Tijuana a Tapachula, donde se atestigua el maltrato a los migrantes; las cunetas de la guerra civil española y las clínicas donde se robaron niños en el tardofranquismo; las ciudades perdidas que generan las grandes capitales latinoamericanas– para atestiguar, documentar y comprender que el horror que dio nombre al fenómeno de los desaparecidos, por obra y gracia de las dictaduras sudamericanas, sigue actuando en el mundo actual. Este libro es un grito de denuncia y, al mismo tiempo, un mapa para entender el dolor de los sin nombre, los expulsados, los borrados, los invisibles y los vulnerables de nuestro tiempo.
Si queremos evitar futuros sobresaltos, es necesario explicar la crisis y elucidar sus significados.
La pandemia de la COVID-19 ha sacudido a la humanidad con una fuerza inopinada: un virus de origen animal ha obligado a los ciudadanos de gran parte del globo a quedarse en casa, y el mundo acelerado de la globalización se ha detenido ante la mirada perpleja de los contemporáneos. Millones de personas han enfermado y cientos de miles han muerto, mientras el uso masivo de las mascarillas nos recordaba a diario que la habitabilidad del planeta no puede darse por supuesta. Así que, un siglo después de la Gripe Española, otro virus infeccioso ha actuado como agente histórico de primer orden. Y esta catástrofe inesperada, mas no imprevista, aguarda ahora a sus intérpretes.
Hace más de cuarenta años, la República Popular China promulgó la política del hijo único. Entre otras muchas consecuencias imprevistas, dio lugar a un enorme desequilibrio de género y a un consecuente y forzoso cambio social protagonizado precisamente por las mujeres, cada vez más presentes y visibles en las universidades y en los más altos niveles profesionales, y más alejadas de las tradiciones que las quieren madres y esposas. Pero, como ha pasado y pasa en Occidente, la ruptura de los moldes patriarcales conlleva sanción y estigma: en China, las mujeres que no desean casarse tienen que vivir con la etiqueta de «desechadas»; y las que sí quieren tienen muy complicado encontrar una pareja dispuesta a respetar su condición de mujer independiente en un país en el que los roles de género no han evolucionado tanto como otros aspectos de la sociedad, y en el que el hombre, en disposición de elegir por una mera cuestión numérica antes que cultural, sigue prefiriendo una mujer sumisa y acorde al modelo tradicional. Combinando la crítica de los ideales paternalistas de China y el relato de las vicisitudes románticas de las protagonistas, Desechadas presenta las historias de cuatro mujeres (y de sus familias) sobre un telón de fondo de coloridas anécdotas, decenas de entrevistas y una rigurosa investigación histórica y demográfica para mostrar cómo las así llamadas «desechadas» son, en realidad, el eje del futuro de China.
Apartada del mundo exterior, en la celda donde cumple condena por la difusión de «simbología extremista», Daria Serenko comienza a escribir este libro dos semanas antes del 24 de febrero de 2022, fecha oficial del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Aislada, apenas adivina la guerra inminente por el clima que se respira y por fragmentos de conversaciones interceptados a los funcionarios. Queda en libertad un día antes del comienzo de los ataques y abandonará Rusia pocos días después. «Deseo cenizas para mi casa». Un título brutal, atronador, un golpe de furia y fiereza para un texto que comienza con la cotidianeidad en un centro de detención y que enseguida alza el vuelo y se transforma en un portentoso libro sobre la guerra y la resistencia; sobre la escritura y el ego; sobre el paso de ser una activista feminista a una antimilitarista; sobre la instrumentalización de la muerte; sobre el exilio y la identidad; sobre la lengua; sobre la necesidad de descolonizar la mente y los valores; sobre la educación heredada generación tras generación y las consecuencias del carácter colonizador y opresor de Rusia; sobre la importancia de matar al padre y, por extensión, a la patria y al Estado, a lo que siempre consideraste tu hogar; sobre la culpa, la vergüenza y la responsabilidad política y social. Testimonios, cuentos, entrevistas imaginarias, sátiras hiperbólicas, listas y poemas... Todos los géneros y registros de voz se entrelazan en un caleidoscopio breve pero abrumador para componer una condena contundente y, a la vez, poética de la política represora de Putin y de los devastadores efectos de la guerra.