Una nueva historia reveladora sobre el Holocausto que reinterpreta los acontecimientos que creemos conocer y los traumas que pensábamos ya superados
Este amplio ensayo sobre los orígenes intelectuales, la siniestra aplicación y las consecuencias del Holocausto rompe con todas las ideas estereotipadas que, en un gran ejercicio de complacencia moral, han fijado la barbarie en términos aceptables para la mirada actual. Dan Stone, director del Instituto de Investigación del Holocausto de Royal Holloway, desmonta el mito del «asesinato industrial», que solo se aplicó en momentos y lugares muy concretos, para revelar en su máxima inmundicia la aniquilación cotidiana y ambulante de los judíos por toda Europa. La conclusión más obvia es que no existió un genocidio limpio y eficiente, sino una forma delirante y sucia de eliminar al otro.
El Holocausto: Una historia inacabada enfrenta al lector a la cruda realidad del exterminio judío y de su memoria en una época de creciente nacionalismo y xenofobia. A través de documentos oficiales, diarios, testimonios de posguerra e incluso de la ficción se muestra no solo el día de antes, sino el de después, cuando los escasos supervivientes del Shoá hallaron graves dificultades para reintegrarse en un mundo donde se habían quedado solos y donde sus antiguas casas se encontraban ocupadas por otras personas.
Según Arendt, el desarrollo del mundo moderno se ha visto acompañado de una crisis de la autoridad, una crisis constante y cada vez más amplia y profunda. Y esta crisis, evidente desde principios del siglo XX, sería de origen y naturaleza política. Así, el auge de los movimientos totalitarios se produjo en el contexto de un colapso de todas las autoridades tradicionales, pero este colapso no fue resultado directo de los propios movimientos totalitarios; más bien se diría que el totalitarismo era el mejor preparado para aprovechar una atmósfera política y social en la que el sistema de partidos había perdido su prestigio y la validez de la autoridad misma fue cuestionada de forma radical.
Los economistas se han sentido atraídos desde hace mucho tiempo por la ambiciosa búsqueda de las leyes generales del capitalismo. David Ricardo, por ejemplo, predijo que la acumulación de capital conduciría al estancamiento económico y la desigualdad, a medida que una proporción cada vez mayor de la renta nacional acabase en manos de los terratenientes; Karl Marx siguió sus pasos al pronosticar la inevitable depauperación del proletariado, y Thomas Piketty, en El capital en el siglo XXI, emula a Marx en el título, el estilo expositivo y la crítica del sistema capitalista, proponiendo una audaz teoría de la desigualdad aplicable a todas las economías capitalistas.