Un libro que hará que los jóvenes descubran y se enamoren de toda la maravilla del cine, de la mano de uno de los más grandes maestros de la cinematografía.
«Si todavía existiera un yo de doce años y si tuviese a alguien que me diera una lista de 50 películas para ver, me parecería el mejor regalo del mundo.» (Giuseppe Tornatore)
¿Cuáles son las películas que hay que ver para hacerse mayor? ¿Las que conmueven, las que hacen reír, pensar y aquellas que todo niño o joven debería ver para aprenderlo todo sobre el cine y, por qué no, sobre la vida?
Este es un libro dirigido y editado por el director Giuseppe Tornatore que relata las 50 películas imprescindibles, desde la saga de Harry Potter para vivir una gran aventura y descubrir el valor de la amistad hasta El instante fugaz, para comprender lo importante que es afrontar la vida siendo fiel a uno mismo.
Este libro de Guido Gómez Mazara, que ve la luz en el 2024, es, sino yerro, el único que realiza la primera reflexión extensa sobre el tema de los conflictos políticos del llamado período de la transición a la democracia dominicana en República Dominicana desde el ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo hasta el primer cuarto del siglo XXI, excepción hecha de la obra de Alejandro Paulino Ramos, titulada: República Dominicana, el difícil camino hacia la democracia, 1960-2000 (documentos, proclamas y discursos políticos).
Diógenes Céspedes
Presentamos íntegras por primera vez las anotaciones del diario del gran cronista Victor Klemperer sobre sus experiencias cinematográficas en los inicios de la era del cine sonoro. Desde el principio, el cinefilo es testigo de cómo la innovación tecnica se abre paso en la Alemania de 1929, y aunque inicialmente fue crítico con las películas sonoras, pronto cayó rendido ante las posibilidades de este nuevo formato. No era raro que viera varios filmes por semana. Sin embargo, los nacionalsocialistas se fueron apoderando del medio, y Klemperer acabará por quedar excluido de las salas de cine cuando en 1938 se prohíbe la entrada a los 'no arios'. Afortunadamente, ni siquiera eso pudo mantenerlo alejado de su gran pasión. Obligado a una existencia en la sombra, Klemperer experimentó momentos de luz ante la gran pantalla: 'Tanta música, humor, arte interpretativo y todo.