Esta es "la historia de una inocencia herida, de una miseria anónima, una breve e intensa visión del absurdo que supone una existencia anodina...". En las páginas de La hora de la estrella, considerada una de sus obras más importantes, aparece en toda su magnitud el personalísimo estilo de Clarice Lispector: su peculiar forma de transformar las palabras en imágenes vigorosas y puras se une aquí a una compleja estructura formal.
Un amor inquebrantable, excepto por la verdad.
Lizzie Young siempre ha sentido que era demasiado en todos los sentidos. Diagnosticada con trastorno bipolar a una edad temprana, nunca ha encajado en su familia, con sus amigos ni en su comunidad. Lizzie quiere que la acepten y la entiendan, pero como cuenta con poca gente de su lado, ha llevado sola el peso de sus cargas y traumas.
Cuando conoce a un chico atento en el autobús del instituto, parece que las cosas comienzan a mejorar por primera vez en su vida…
Hugh Biggs tiene la madurez y la sabiduría de alguien mucho más mayor. Un joven con una mente aguda y un firme código ético que ve algo en Lizzie Young a lo que no se puede resistir. Quiere serlo todo para ella y ayudarla a sobrellevar su carga. Y Lizzie quiere lo mismo.
El vínculo entre Lizzie y Hugh parece indestructible: tienen una química explosiva, su amor es intenso y su conexión, profunda, pero incluso el amor más verdadero puede verse afectado por fuerzas que escapan a su control.
Cuatro vidas a punto de cambiarlo todo.
Deseo, guerra, magia, monstruos…
El reino de Khetara es la joya del desierto, pero, con el pueblo pidido, una terrible crisis amenaza su supervivencia. El faraón se consume debido a una misteriosa enfermedad, y las fuerzas del sur y algunos miembros de su familia empiezan a conspirar contra él. La rebelión crece y los secretos afloran, al tiempo que una antigua profecía despierta entre las dunas de las Tierras Rojas y amenaza con destruirlo todo a su paso.
Una princesa, una joven sacerdotisa, un rebelde y un ladrón de tumbas se encuentran en medio del conflicto. Solo juntos podrán salvar el reino de la aniquilación, pero, cuando la sangre deje de derramarse, ¿quién se sentará en el trono de Khetara?