La Jornada del Muerto forma parte de la saga de Lonesome Dove, y en ella conoceremos las correrías juveniles de Gus y Call, protagonistas de esta inolvidable serie de McMurtry.
La Jornada del Muerto está ambientada en los convulsos años de las guerras territoriales entre los Estados Unidos y México. Texas se ha pro- clamado república independiente en 1836, pero el Gobierno mexicano aún no ha reconocido al nuevo Estado y sus tropas realizan incursiones frecuentes para evitar que se consolide la secesión.
Dos jóvenes reclutas recién incorporados a los Rangers de Texas, Gus y Call, se embarcan en una expedición a la árida frontera mexicana con la misión de descubrir una vía practicable entre San Antonio y Santa Fe a lo largo del Río Grande. Tras estar a punto de caer en manos del jefe comanche Joroba de Búfalo, Gus y Call regresan sanos y salvos a San Antonio. Pero, seducidos por la leyenda del oro de Santa Fe, se unen a un pequeño ejército liderado por Caleb Cobb, un pirata y mercenario que se propone liberar esta ciudad del dominio mexicano, un grupo variopinto de doscientos aventureros cuyos supervivientes, tras superar múltiples peligros, se verán enfrentados al reto de sus vidas, atravesar la Jornada
del Muerto, un paraje extremadamente desértico de unas doscientas millas en el desolado Nuevo México, cruzado por un estrecho sendero que reduce en diez jornadas el viaje entre El Paso y Santa Fe.
Aunque es la tercera novela en orden de publicación de la saga de Lonesome Dove, La Jornada del Muerto es la primera en cuanto a la secuencia cronológica de los acontecimientos narrados en esta saga, y puede ser leída y disfrutada independientemente del resto de la serie. El lector conocerá en esta novela las correrías juveniles de Gus y Call, protagonistas de la inolvidable Lonesome Dove.
Capturar a un escurridizo jefe indio, fugado a una tierra salvaje y sin ley, es casi una misión suicida que recuerda a la mítica película La venganza de Ulzana.
«Cuando comencé a escribir westerns también trabajaba como redactor publicitario, haciendo anuncios para Chevrolet. Tenía una familia que alimentar así que me levantaba a las 5 de la mañana y trabajaba dos horas antes de ir al trabajo. Hice cinco libros y treinta cuentos de esa manera.» Así refiere Elmore Leonard (1925-2013), nacido en Detroit y considerado por muchos críticos el más grande autor de novela policiaca, sus comienzos como escritor.
En la colección Frontera han aparecido hasta el momento tres volúmenes con obras de Elmore Leonard: las novelas Hombre y Que viene Valdez en uno, y los relatos western completos en otros dos, El tren de las 3:10 a Yuma y otros relatos del Oeste y Los cautivos y otros relatos del Oeste.
Los cazarrecompensas (1953), primera novela de Leonard, comienza cuando un joven e inexperto oficial de caballería, R.D. Bowers, y un explorador curtido en la contienda contra los apaches, Dave Flynn, son enviados a una misión casi suicida más allá de la frontera con México, atrapar al caudillo apache Soldado Viejo y traerlo a territorio estadounidense. Rastrear a un indio rebelde y escurridizo a través del infierno sofocante de una tierra salvaje y sin ley, guarida de apaches y cazadores de cabelleras blancos, es un reto de alto riesgo en el que un cazador puede acabar convertido en presa. Al poco de iniciada la búsqueda, los perseguidores se topan con una escena dantesca: tres carros quemados y los cadáveres de sus ocupantes con la cabellera arrancada... pero los demás rastros no apuntan al modus operandi de los indios.
¿Qué pasaría si el gobierno permitiera que cualquiera usara la moneda de su elección? ¿Qué pasaría si el gobierno permitiera a los empresarios innovar en el sector monetario, por ejemplo creando monedas digitales y acuñando dinero como materia prima?
Es precisamente lo que se pregunta el economista austriaco F.A. Hayek en esta obra imprescindible, con un estudio preliminar de Adrián Ravier que estudia el alcance de sus ideas.
Este libro es el núcleo mismo del enfoque hayekiano de la política monetaria, y también la obra que llamó la atención del mundo sobre este pensador radical después de recibir su Nobel de Economía.
El argumento es abandonar el monopolio de los gobiernos por administrar el dinero con la imposición de una moneda de «curso forzoso» y abrir la competencia. El resultado serían monedas públicas y privadas competitivas que permitirían al mercado por sí solo elegir la moneda dominante en todo el mundo.