En Humano, demasiado humano se hallan las raíces de una psicología destructiva que busca despertarnos del sueño moderno. Nietzsche, el caminante que habla con su sombra, da los primeros pasos que conducirán a la genealogía de la moral y hacia el nuevo amanecer que supondrá la llegada de Zaratustra. Pocas veces, en la historia del pensamiento, ha reverberado tan intensamente un «temple espiritual» como el de Nietzsche en el presente libro que no solo soporta, orgulloso y feliz, todo el peso del pasado, sino que denuncia los síntomas de la «gran enfermedad» de Occidente.
Imagina una ciudad romana, de esas que salen en el cine o en una serie: las tiendas, las calles… ¿Cuántas mujeres piensas que trabajarían como médicas o en una fragua? ¿Cuántas han financiado o participado activamente en la construcción y decoración de sus monumentos? Si dudas ante la respuesta, la siguiente pregunta es clara: ¿cuánto sabes de las mujeres del mundo antiguo, de su papel en Grecia y Roma? Este libro no solo busca visibilizar el protagonismo que tuvieron nuestras antepasadas en la Antigüedad, sino algo aún más importante: por qué, hasta hace poco, no éramos conscientes de ello. No es un simple libro de historia, sino de cómo se hace la historia. Una historia que no está escrita en piedra, que debe someterse a continua revisión.
Según se avanza en su lectura, se va abriendo un panorama inimaginable no hace muchos años y que apenas esboza lo que aún está por llegar. Y una cosa queda clara: la mujer no es precisamente ese ser dócil, sumiso, pasivo, al que nos han tenido acostumbrados.
Las lecturas convencionales de la Antigüedad enfrentan a Atenas con Jerusalén, donde Atenas representa la «razón» y Jerusalén la «fe». Sin embargo, como nos recuerda Susan Buck-Morss, los estudios más recientes han eliminado esta separación. Nombrar el primer siglo como un punto cero –«año uno»– que divide el tiempo en antes y después es igualmente arbitrario, nada más que una conveniencia que carece de sentido empírico. En Año 1, Buck-Morss libera el primer siglo para que pueda hablarnos de otra manera, reclamándolo como terreno común y no como origen de diferencias profundamente arraigadas.
Buck-Morss se propone derribar varias premisas conceptuales que han dado forma a la modernidad como episteme y nos han conducido a algunos impases posmodernos poco útiles. Se acerca al siglo I a través de los escritos de tres pensadores a menudo marginados en el discurso actual: Flavio Josefo, historiador de la Guerra de Judea; el filósofo neoplatónico Filón de Alejandría; y Juan de Patmos, autor del Apocalipsis, el último libro de la Biblia cristiana. También aparecen Antígona y John Coltrane, Platón y Bulwer-Lytton, al-Farabi y Jean Anouilh, Nicolás de Cusa y Zora Neale Hurston, por no hablar de Descartes, Kant, Hegel, Kristeva y Derrida.