Cuando la presencia del Espíritu Santo te alcanza, no te empuja...Te abraza. No te invade... Te habita. No te quiebra... Te restaura. Es una llama que arde, pero no se consume, una voz que guía, pero no grita, una compañía que consuela sin condiciones. Y cuando esa presencia entra, todo se ve desde una óptica distinta.
La separación de poderes es un tema constitucional, jurídico-político , fascinante. Desde que Charles Louis de Secondat, Barón de Montesquieu, escribió en su celebre obra El Espíritu de las Leyes que “todo hombre que tiene poder se ve impulsado a abusar de él, y llega hasta donde encuentra límites” ha sido derramada mucha tinta. Enefecto, cientos de ensayos se han referido al tema, y no pocas veces, la lucha - sobrelos llamados tres poderes ha incidido en no pocas convulsiones políticas. Sin embargo, las tesis de Montesquieu en su versión original no han resistido los avatares de los tiempos. La evolución de los nuevos Estados, sobre todo en América Latina de donde emanaron centenares de constituciones de todos los colores que fueron aprobadas, pero donde la separación de poderes nunca tuvo aplicación práctica por la hegemonía de los caudillos, que imponían la preponderancia del Poder Ejecutivo.
La historia de Ángel Martínez comienza con un contacto casual con Lucía Mendieta en el 2020, una noche en el centro de Santo Domingo, República Dominicana en una sala de cine. A partir de ahí estos dos soñadores van revelando turbulentas historias personales en el contexto de la guerra fría, donde, entre 1960 y 2023 prima el espíritu de la época. Pero, esta novela no es una historia de amor sino el tempestuoso recorrido de Ángel, personaje imaginario que al final de la dictadura de Trujillo toma conciencia de la injusticia social y se involucra, como lo hicieron miles de jóvenes de América Latina, en la lucha revolucionaria, lo que le traería prisión, deportación y exilio. Su primera esposa Eloísa, militante revolucionaria, con quien procreó dos hijos, lo acompaña en sus actividades políticas, la segunda esposa Leyla con la cual inicia una estrecha relación que los llevaría en 1973 al infierno de Pinochet, a Perú y Bolivia en aventuras insólitas recorridas en la inútil búsqueda de la sociedad perfecta. En 1980 Ángel entró en una tercera relación con Ginnette, que se prolongó por 29 años. Entretanto, la sociedad dominicana había ya dejado atrás al gobierno conservador del caudillo Balaguer. Esta historia remata finalmente con una revelación inaudita: por un azar Ángel descubre que es nieto de Manuel Ventura Martínez (Pirulo), uno de los hombres cercanos del legendario
Demetrio Rodríguez de Guayubín.
Esta novela de género histórico relata la vida política de la República Dominicana en los últimos 60 años donde se mezclan ideales y romances.