Hay rumores sobre lo que acecha en el Bosque Voraz, el lugar al que los pecadores van a parar, bautizado así por los aldeanos porque jamás devuelve aquello que toma. Solo los locos o los desterrados se adentran entre sus árboles. Sin embargo, una tragedia fuerza a la joven Maevyth Bronwick a cruzar el arco de huesos que se oculta en su interior y acaba en un mundo oscuro y mágico, tan peligroso como seductor.
En Etiria, solo el Escorpión, el asesino más temido del rey, un lord maldito llamado Zevander Rydainn, podrá protegerla de los brujos que intentan darle caza. Conforme el destino teje sus planes, una peligrosa atracción amenaza con consumirlos a ambos… Y Maevyth no tardará en descubrir que, para sobrevivir al bosque, deberá convertirse en lo más aterrador que hay en él.
En el colegio te decían que eras inteligente pero vago. Te consideras perezoso, aunque te esfuerzas. Te despistas y no te enteras de lo importante en las conversaciones. Pierdes objetos y nunca recuerdas dónde aparcas el coche. Llegas tarde a todas partes y procrastinas mucho. Cambias de humor sin saber por qué y confundes horas, fechas y lugares. Te aburres con facilidad y dejas las cosas a medias. Haces gastos innecesarios. Interrumpes las conversaciones. Vives en una sensación de caos continuo. Padeces ansiedad o tendencias adictivas. Has visitado psiquiatras y psicólogos, pero sientes que no te entienden.
¿Y sila timidez no fuera un defecto, sino un mensaje profundo de tu ser que aún no has aprendido a escuchar? No tienes que hablar más fuerte, sonreír todo el tiempo ni convertirte en alguien que no eres. La timidez no es un defecto. Es una respuesta. A veces al miedo. A veces al desamor. A veces a una infancia que dolió o a un mundo que no te dio permiso para expresarte con autenticidad.