Pasamos un tercio de nuestras vidas tumbados: durmiendo, soñando, amando, leyendo o recuperándonos. Más allá de representar la pasividad y la pereza, el acto de reposar acostados puede constituir una forma de protesta: una oportunidad para reordenar nuestros pensamientos en un mundo regido por la incesante exigencia de productividad. Bernd Brunner nos invita a redescubrir el poder de la horizontalidad a través de entretenidísimas e insólitas historias como el origen del colchón, las formas de descanso en la remota Edad de Piedra, la importancia del diván en la consulta de Sigmund Freud o los últimos hallazgos sobre el sueño. Vivir en horizontal es una apasionante contribución a la historia cultural que sorprenderá a legos e iniciados en el subestimado arte de yacer.
Ataviado con sombrero de fieltro y una pipa entre los dientes, el Dante de Seymour Chwast no puede ser más actual. Si La divina comedia se ha convertido en un clásico, quizá se deba a cuán poco se parece a la obra de los contemporáneos del autor, que no solo inventó un mundo como lo han hecho muy pocos, sino que es el gran pionero de la autoficción. Podría deberse también al atrevimiento de Dante de escribir como hablaba realmente la gente de su tiempo y su lugar, la Toscana, y no en latín, según se había esperado de un literato. Chwast, un héroe de la ilustración y el diseño, ya casi centenario, condensa de una manera tan audaz como efectiva toda la complejidad de un clásico que no siempre se animan los lectores a abordar. Y en la estela de Dante, convierte la poesía del original en una obra alejada de la convención del arte secuencial en favor de páginas sorprendentes. Por su forma singular de reimaginar el clásico medieval, Chwast es fiel y digno heredero de un autor al que se considera el padre de la lengua italiana. Como en el poema original, el Dante de Chwast recorre junto a su maestro Virgilio los círculos del Infierno. Juntos atraviesan el Purgatorio y llegan hasta el Paraíso, donde encuentran a Beatriz, la difunta amada de Dante, porque la Comedia acaba bien y recuerda, a quien quiera saberlo, que existe una luz divina. Pero no hacemos spoilers, lo que importa es cómo transcurre el viaje y cómo se cuenta. La serie de personajes que van encontrando a lo largo del viaje.
Los escritos radiofónicos de Walter Benjamin han representado, durante mucho tiempo, una modesta nota a pie de página en la inmensa obra del filósofo berlinés, una celebridad del pensamiento occidental de la segunda mitad del siglo XX, a pesar de que sus textos más leídos presentan un reto hermenéutico considerable. Los artículos de este volumen resultan, sin embargo, tan iluminadores como accesibles y entretenidos. Se trata de una selección del centenar de guiones escritos y narrados por el propio Benjamin entre 1927 y 1933 a través de las ondas alemanas y que poseen toda la variedad, la erudición, el rigor, la agudeza y la sensibilidad que caracterizan el resto de la obra benjaminiana. Interesado por todo, especialista en nada, el autor explica con el mismo afán didáctico y creativo una serie de momentos históricos ―la persecución de las brujas en la Europa medieval, el contrabando de licores en los Estados Unidos― y una serie de catástrofes sucedidas en cualquier momento y lugar del globo ―el incendio del teatro de Cantón, el terremoto de Lisboa, el desbordamiento del Mississippi―, dibuja el perfil de personajes enigmáticos como Kaspar Hauser y recoge historias verídicas de perros, fraudes y estafas. Acompañada de las ilustraciones de Judy Kaufman, esta selección de escritos resulta incluso más accesible para los lectores que aún no conocen la obra de Walter Benjamin, y también para quienes conocen bien su obra y aprecian los libros como objetos en la era de la reproducibilidad digital.