Los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es un organismo supranacional en el que convergen diferentes países identificados como economías emergentes. A diferencia del modelo capitalista occidental o, en su momento, del llamado «socialismo real», no es una institución que quiera expandir un proyecto económico, político, cultural e ideológico particular y cerrado, sino que se inclina por un esquema híbrido y pragmático de realidades nacionales diversas que defienden el respeto mutuo, la no injerencia, la soberanía nacional y, en definitiva, la creación de un nuevo sistema que reconfigure el escenario de las relaciones Norte-Sur/Occidente-Oriente, vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de cierto silencio en los medios occidentales, los BRICS son hoy la pieza estratégica más potente del Sur global que pone en jaque el modelo unipolar liderado por EEUU. Y aquí surge la gran pregunta: si la pugna entre el mundo unipolar y el multipolar puede acabar dando lugar a la construcción de un orden mundial alternativo más democrático y plural.
Los poemas que integran Cabeza de turco
despliegan acordes distintos, pero se integran en un único adagio: la conciencia, inherente a la condición humana, de estar solo, de perder, de morirse; pero también la conciencia de celebrar las cosas menudas y sencillas, esto es, la vida como encarnación de lo instantáneo y lo fugaz. Celebración que intenta rescatar, además, el ser y la vida, de la degradación de la historia y del tiempo. En esta antología poética hay una aguda sensibilidad para captar el discurrir temporal y su fugacidad, en ella también hay siempre la vocación de lo uno, el poder volver a la integración primordial del ser.
La protagonista de esta historia vive en una aldea tan solo habitada por perros y salamanquesas. Todos los pueblos cercanos se han vaciado, todas las tierras parecen yermas. En la suya, o en lo que queda de ella, crece una flor que le recuerda los tiempos mejores. Que trae de vuelta la algarabía del pueblo y la fertilidad de los campos. Mantener con vida a esa flor es lo único que desea.
Una visita inesperada le ayudará a emprender un viaje de autoconocimiento en el que se reencontrará con la vida que creía perdida y en el que aprenderá a cultivar la flor de sus desvelos. Para que ambas, pese a las lluvias y las ventiscas, florezcan.