Tras el éxito de Mujercitas, Louisa May Alcott escribió la continuación, en la que las cuatro hermanas March toman algunas de las decisiones más importantes de sus vidas. El libro arranca con la boda de Meg, que deberá adaptarse a su nueva vida de ama de casa con escasos medios. Beth se ha quedado muy débil después de su enfermedad, pero nunca se queja. Jo sigue persiguiendo su sueño de ser escritora y empieza a vender relatos, pero aún no ha satisfecho sus inquietudes. Amy toma el relevo de Jo como dama de compañía de la tía March y, sin duda, encaja más en las expectativas de la anciana. Y Laurie... cree que está enamorado de una de las hermanas March. En este segundo volumen las veremos enamorarse, perseguir sus sueños, abrirse camino profesionalmente, sufrir por la enfermedad de una de las personas que más quieren... Sea como fuere, en este proceso de convertirse en mujeres el amor estará mucho más presente. Desde hace ya más de 150 años, Mujercitas es, sin duda, uno de los clásicos de literatura juvenil más querido por lectores de todas las edades; por eso ha conformado el imaginario de muchas generaciones y ha creado muchos amantes de la literatura.
Fanny Price era todavía una chiquilla cuando sus tíos, nobles, ricos y magnánimos, la acogieron en Mansfield Park, donde ha tenido ocasión de crecer y formarse con sus cuatro primos: Tom, Edmund, Maria y Julia. Cultos y superficiales, todos ellos tratan a Fanny como a una inferior, con la excepción de Edmund, que se interesa realmente por ella. El severo patriarca deberá marcharse a Antigua por negocios, y este hecho, junto con la llegada de unos nuevos vecinos procedentes de Londres, los atractivos hermanos Henry y Mary Crawford, será el inicio de la irrupción de nuevas diversiones en Mansfield Park. Sin embargo, Fanny, por su carácter discreto y reflexivo, no acabará de encajar en este grupo de amigos, y observará con tristeza cómo Edmund se queda fascinado por los encantos de Mary Crawford, a pesar de su clamorosa falta de principios.