El recuerdo es más poderoso que cualquier final.
Y para ellos fue tan solo el principio.
Ava creció feliz en un pueblo costero junto a su madre y su hermana, con el rumor de las olas como testigo de que el mundo era infinito y el salitre, que lo vuelve todo salvaje, pegado a la piel. Hasta que un día todo cambió y se hundió en medio de la tempestad.
Hugo también vivía en ese lugar marcado por el mar, pero su ilusión era marcharse lo más lejos posible, a un lugar que no le impusiera límites, donde el futuro fuera prometedor. Lejos de una familia y un entorno que siempre había remado en su contra.
Estos eran los planes de Ava y Hugo, pero cuando se miraron a los ojos y vislumbraron un mismo horizonte, uno capaz de volver el mar en calma y de cambiar todos sus objetivos, supieron que mantenerse a flote era solo cuestión de saber nadar a contracorriente.
¿Dejarán Ava y Hugo que el destino, las olas y el mar dibujen su camino?
¿Encontrarán una tabla en la que surcar juntos otros mares?
¿Llegarán al puerto que tanto anhelan?
Lola Acosta viaja de Madrid a Londres tras la pista de su padre biológico, Peter Russ, la mayor estrella de la música española de los noventa, que desapareció veintitrés años atrás al inicio del concierto más importante de su carrera. Su investigación irá revelando cómo el suceso transformó a todo su entorno: el hermano del cantante, la exnovia, el mánager, los amigos, el padre, la madrastra... Poco a poco, Lola descubrirá qué le sucedió a su padre hasta conocer una verdad que quizá hubiera estado mejor escondida.
Una historia adictiva que habla de los pecados de juventud, las relaciones sentimentales prohibidas, la crueldad de los celos y la envidia y la épica del amor a través de una trama tejida con mucha habilidad y narrada mediante una prosa sencilla y virtuosa.
Una magnífica novela plagada de intrigas y secretos que explora los claroscuros del amor y la familia con la música como hilo conductor y la nostalgia de los noventa como telón de fondo
Atrapado en Ons, una pequeña isla de la costa atlántica gallega, Roberto Lobeira no tiene posibilidad alguna de llegar a tierra firme ni de comunicarse con el exterior debido a una tormenta que parece ser el preludio de una tragedia. Cuando descubre un fardo que las olas han llevado hasta la orilla, su contenido provoca que los pocos habitantes que viven en la isla den rienda suelta a décadas de rencor, celos, viejas cuentas que saldar y sed de venganza. Y, por si fuera poco, una presencia misteriosa y acechante deja una ofrenda sangrienta en la puerta de su casa, como si se tratara de un enigmático mensaje que no puede comprender. Inmerso en un torbellino de odio, secretos inconfesables y ambición desmedida, Lobeira tendrá que sobrevivir en la isla… hasta que la tormenta pase.
La lucha de un hombre anciano por hacer las paces con su vida.
A Bo se le acaba el tiempo y, a la vez, tiempo es una de las pocas cosas de las que dispone. El cuerpo le falla, su mujer tuvo que ingresar en un centro para personas con demencia y su tranquila existencia solo se ve alterada cuando le visitan sus cuidadoras. Afortunadamente, todavía disfruta de la compañía de su amado perro Sixten.
Cuando su hijo insiste en que el perro debe mudarse, la amenaza de perderlo despierta en el viejo Bo un torbellino de emociones que le hará recordar su vida, replantearse la relación con su hijo y la forma en que expresa su amor.
Cuando llega la noche aparecen la tensión, el miedo y el suspense más oscuro. De eso tratan estas tres novelas cortas, reunidas por primera vez en un libro y que nos hablan de personajes al límite, enfrentados a los peligros y misterios que solo acechan si las sombras salen de sus escondites.
Historia de un crimen perfecto es la confesión en primera persona del asesino Eric Rot. A través de cien páginas redondas —en las que se adivinan ecos de Hitchcock y Poe—, este relato nos habla sobre el peso insoportable de algunos secretos.
En Noche de almas, el lector acompaña a una pareja de mochileros que han medido mal sus fuerzas en una travesía por el desierto. Cuando, al borde de la extenuación, al fin llegan a una antigua casa colonial rodeada por un extraño círculo de piedras, piensan que están a salvo. Sin embargo, será entonces cuando empiece la verdadera pesadilla.
Cuando estamos en medio de la fiesta y han cortado el pastel, en lo más alto, pienso en que este momento no va a durarnos nada. Mientras el anfitrión reparte platos de una tarta grandísima, yo me detengo. Y miro a cada niño, a cada padre, y me veo a mí: nos veo, papá, nos veo. Me detengo a pensar en que hace un rato estábamos soplando tranquilos a las velas y ya nadie se acuerda, supongo que era esto el carpe diem. Otra parte de mí, como un desdoblamiento, me insiste en agarrar mi trozo de tarta y no pensar, entonces cojo la cuchara y muerdo un pedazo y cuando me doy cuenta han pasado diez años y escribo este poema.
«"Ellos." Esta sola palabra, tan breve, resulta suficiente para explicar la grieta que se abrió entre la gente y quienes gobiernan. "Ellos" es distinto de aquel viejo y eufórico "nosotros". El "nosotros" de los muchachos de entonces, que marcharon victoriosos y juntos a La Habana. "Ellos" son ahora unos extraños.»
El abuelo ha muerto y Ana regresa a su hogar después de diez años de ausencia. De lo que fue el pueblo de su infancia, apenas queda ya nada reconocible. La casa familiar ha quedado aislada entre los ranchos vacíos, y no tardarán en venderse todos los terrenos de cultivo. Volver supone el reencuentro con su madre y su abuela, y también la recomposición de una relación rota. En el proceso de venta de la granja, Ana revive la historia del pueblo y su propio pasado, y se enfrentará a recuerdos con los que debe construir su nueva vida. Durante esos días, la abuela, que anda un poco perdida, le pide ayuda y le confiesa un secreto. Cuando nadie nos nombre es una novela profunda, con una atmósfera y un compás propios, sobre aquellas cosas que olvidamos durante unos años y tiempo después afloran y nos interpelan. Luciana Sousa escribe con palabras que son imágenes y sensaciones y que dan vida a una historia familiar marcada por los silencios.
«Los que habitan en Pinomar aseguran que la vida transcurre plácida. Que los problemas del mundo exterior no llegan hasta aquellas calles de ensueño. Sin embargo, bajo la superficie del pueblo, laten secretos que amenazan con provocar tragedias y cambiar vidas. Este es uno de esos misterios: uno que nadie nunca hubiera deseado confesar».
El día del cumpleaños de su hija, Beatriz reúne en el precioso jardín de su casa a sus amigos y familiares más cercanos. Sin embargo, llega el momento de soplar las velas y todavía falta Marco, el marido de Beatriz y el padre de la niña. Poco después lo encuentran muerto, con una pistola en la mano y un tiro en la cabeza… En esta trepidante historia varias familias intentan desesperadamente mantener una imagen de perfecta bondad. Pero cuando nadie las está mirando aparecen la ambición, el egoísmo, el odio, el deseo y la muerte. Y es que solo cuando nadie nos ve, sale a la luz lo que
somos de verdad.