Los Ángeles, 2039. Hace veinte años, la ex Blade Runner Aahna "Ash" Ashina ayudó a una joven y su madre replicante a escapar de las garras de su sádico padre, el magnate de las finanzas, Alexander Selwyn. Ahora, Cleo Selwyn ha regresado a Los Ángeles desde Arcadia, la colonia del Mundo Exterior, para buscar a su madre, Isobel, que quizá haya sido secuestrada por Niander Wallace.urante los tres últimos años, Niander Wallace ha estado fabricando una nueva línea de replicantes de obediencia perfecta y ahora, en el 2039, su propia asistente personal, Luv, se ha convertido en la primera Replicante en ser destinada al cuerpo de policía de Los Ángeles. Concretamente a la división Blade Runner.uscando respuestas, Cleo quiere encontrar a Ash, que se ha pasado los diez últimos años viviendo en la clandestinidad y que ignora que Luv ha recibido órdenes de encontrar y retirar a cualquiera que la ayude.
Comenzó como un niño prodigio, llegó a ser una especie de héroe nacional... y acabó considerado el enemigo público número uno. A los trece años, jugó la que muchos consideran «la partida del siglo», y un año después se convirtió en el campeón más joven de la historia de Estados Unidos. Su listado de logros siguió creciendo hasta culminar en el Campeonato Mundial de 1972, con su victoria contra Borís Spasski, una partida que resultó una perfecta metáfora de la Guerra Fría.
Víctima de una enfermedad mental, se perdió en teorías conspirativas y murió en Islandia, fugitivo de la justicia estadounidense.
Con guion de Julian Voloj e ilustraciones de Wagner Willian, Blanco y negro es un relato fascinante sobre la determinación y la fama, pero también sobre la soledad y el miedo.
Un hombre conduce sin un rumbo en mente, hasta que su coche queda atascado al final de una pista forestal. Es una tarde de finales de otoño, ya casi no hay luz y comienza a nevar. En lugar de volver caminando hacia atrás en busca de ayuda o quedarse en el coche, de forma imprudente y sin saber muy bien por qué, el hombre decide adentrarse en el bosque. Inevitablemente, se pierde, y la noche sigue avanzando. Cuando el agotamiento y el frío empiezan a vencerlo, vislumbra un extraño resplandor en medio de la oscuridad.
Blancura es la última novela de Jon Fosse. El autor galardonado con el Nobel arrastra al lector en una narración enigmática, inquietante e hipnótica: una lectura tan breve como intensa.
Marilyn Monroe era puro fuego, sexualidad a flor de piel, romances turbulentos, pero también era una mujer frágil, asustada y repleta de inseguridades que buscaba en otros -en el Ex Deportista, en el Dramaturgo o en el Presidente- ese amor que ella misma se negaba. Una artista superdotada cargada de conflictos, temores y pasiones desatadas; una niña que no dejó de huir hacia delante y que llegó a burlar a la propia muerte para convertirse en leyenda.
Glasgow, julio de 1973. Se llama Alice Kelly, tiene trece años, y ha desaparecido. Han pasado ya quince horas desde que alguien la vio por última vez. El agente Harry McCoy sabe que las probabilidades de un desenlace fatal son muy altas. Apenas se ha desplegado el dispositivo policial de búsqueda cuando el guitarrista Bobby March, la estrella de rock local, sufre una sobredosis en un hotel; la víspera había actuado en un concierto en el que, a juicio de McCoy, no estuvo muy brillante. Sea como sea, los periódicos necesitan noticias sangrientas; los mandos de la policía, resultados; y la ley, respeto, cueste lo que cueste. Para colmo, la sobrina del jefe de McCoy se ha eclipsado; McCoy, discretamente, tendrá que localizarla. Pero ¿podrá Harry McCoy con todo?
Una nueva aventura del comisario Polo: el genero policiaco entendido como alta literatura.
Bolonia, verano de 1947. El comisario Polo se acaba de bajar del tren, procedente de la lejana Granada. Su misión: investigar la desaparición de un compatriota, Guillermo Sola Bosch, profesor de Derecho que se alojaba en el Colegio de España. Un católico aficionado al jazz que, según algunos, tal vez simplemente se haya marchado a un retiro espiritual, y, según la policía, es un asesino.
Comienza así una búsqueda detectivesca en la que irán apareciendo más cadáveres –el de un individuo apodado el polaco, el de una anciana viuda...–, espías de ambos bandos en la incipiente Guerra Fría, delatores, monárquicos y neofascistas, conspiraciones, conexiones vaticanas y de fondo el boogie woogie, el ritmo de moda que, como tantas cosas que fascinan en la Italia en reconstrucción de la posguerra, ha llegado desde Estados Unidos con las tropas de ocupación.