Una heredera virgen y gélida como el hielo y un dios arrogante que se ha propuesto derretirla...
Rose Calloway pensaba que lo tenía todo bajo control. Hija de un magnate con una empresa multimillonaria, a sus veintitrés años se ha graduado en la Universidad de Princeton, es campeona en multitud de torneos académicos y diseñadora de moda. Sin embargo, la fortuna no siempre le sonríe.
Cuando su marca de ropa está en peligro, recurre a una solución poco convencional para salvarla. Por si eso no fuera lo bastante complicado, accede mantener una relación con su rival académico en la universidad, el dios Connor Cobalt.
A sus veinticuatro años, Connor Cobalt es el azote de los débiles. Seguro de sí mismo y de su inteligencia, Connor jura ayudar a Rose dentro y fuera del dormitorio. Sin embargo, nadie ha conseguido superar el desafío de derretir a la reina del hielo.
Y ahora, encima, viven juntos.
Cuando parece que la tranquilidad ha vuelto a reinar en el country La Maravillosa, Pedro Chazarreta aparece degollado, sentado en su sillón favorito, con una botella de whisky vacía a un costado y un cuchillo ensangrentado en la mano. Todo hace suponer que se trata de un suicidio. Pero pronto aparecen las dudas. ¿Acaso algún justiciero habrá querido vengar la muerte de la mujer del empresario, asesinada tres años antes en esa misma casa? ¿Será ésta la última muerte?
El Tribuno, uno de los diarios más importantes del país, deja de lado por unos días su enfrentamiento con el gobierno para cubrir a fondo la noticia. Al escenario del crimen envía a Nurit Iscar, una escritora retirada, y a un periodista joven e inexperto. Y aunque el antiguo jefe de la sección Policiales, Jaime Brena, ha sido desplazado por sacar los pies del plato, decide involucrarse en el caso y ayudar a su reemplazante y a Nurit, a quien admira en secreto.
Una novela atrapante en la que la autora de Las viudas de los jueves vuelve a desplegar todo su talento narrativo para contar la investigación de un crimen y trazar un retrato de su país. Lectora aguda de la realidad y de los comportamientos sociales, Piñeiro echa luz sobre las relaciones entre el periodismo y el poder y sobre los cambios que se han producido en los medios de comunicación, y nos enfrenta a un mundo de límites y controles en el que, a pesar de todo, siempre existe la posibilidad de tender puentes y apostar de nuevo.
De vacaciones en la localidad bretona de Crozon, la joven editora Delphine y su marido, escritor, visitan una peculiar biblioteca que alberga los libros rechazados por las editoriales. Allí encuentran una obra maestra: Las últimas horas de una historia de amor, novela escrita por un tal Henri Pick, fallecido dos años antes. Pick regentaba una pizzería junto a su viuda, Madeleine, y según ella nuna leyó un solo libro y mucho menos escribió nada que no fuera la lista de la compra. ¿Tenía el autor una vida secreta?
Un cajón exclusivo en el armario. La copia de una llave. Un te amo dicho a tiempo. Un mensaje agradeciendo una cena. Gestos de amor y muestras de interés que construyen los cimientos de cualquier pareja. Aunque muchas veces todo esto queda relegado por un muro que no puede atravesarse. El egoísmo, el hastío, la pereza e incluso el maltrato se entrometen en la relación y el desenlace final se vuelve inevitable, si es que antes no clausuraron la posibilidad de un verdadero comienzo.
Claire Keegan observa y escribe con la sensibilidad justa para convertir la típica historia de amor en un relato tan conmovedor como atrapante, y avanza sobre zonas incómodas de la intimidad de una pareja como la falta de generosidad o incluso el desamor. Bien tarde en el día confirma la agudeza de su estilo y se vuelve un reflejo de la imposibilidad del amor en los tiempos que corren, aunque también una vía de escape.
Una comedia romántica que nos enseña a dejar de ser princesas para convertirnos en auténticas guerreras.
Pero ¿qué pasa cuando el sueño se desvanece, eres consciente de que tu vida es pura mentira y encima vas rayando los techos allí por donde pasas?
Te pongo en situación:
Silvia, Rosa y Elisa no han tenido demasiada suerte en el amor. Por diferentes circunstancias, las tres han acabado rompiendo sus supuestamente felices vidas matrimoniales y han adoptado el estado civil de solteras o divorciadas. Y también está Venecia. Soltera y sin hijos, tanto la vida de sus amigas como su último fracaso amoroso le hacen ver que el amor, además de caduco, es una mierda. Tras una noche de juerga y borrachera en un karaoke, donde conocen las historias de otras mujeres, tienen varias cosas claras:
- El amor es para los incautos.
- Se acabó ser una princesa para empezar a ser una guerrera.
- Corazón blindado y cabeza fría (y si es en «modo tío»…, mejor).
- Crearán un club privado llamado…Cabronas sin Fronteras.
Jack Duluoz (Kerouac) ha publicado una novela (En el camino) que ha alcanzado un gran éxito, pero la fama es como una fiera que lo devora. Huyendo de la imagen que los críticos y los lectores se han forjado de él, en junio de 1960 se refugia en una cabaña que su amigo Lorenzo Monsanto (Lawrence Ferlinghetti en la vida real) tiene en la costa californiana de Big Sur, entre San Francisco y Los Ángeles, donde medita, sufre alucinaciones, escribe poemas místicos, bebe como un cosaco, recibe visitas, se droga y evoca el pasado. También hace excursiones y va a ver a su viejo amigo Neal Cassady (su compañero de aventuras de En el camino, que aquí se llama Cody Pomeray).
Sus encuentros con los antiguos amigos no carecen de consecuencias, pues todos excepto él parecen haber aceptado los convencionalismos del mundo en que viven. La estancia en Big Sur es una prueba de fuego, un purgatorio cristiano o uno de los transitorios infiernos budistas que le permitirán volver a la civilización completamente transformado.