Año 2045. La humanidad ha hecho frente a todo tipo de cataclismos y sigue tratando de salir adelante en el antiguo planeta de Datum. Desde que la revolución tecnológica le permitió acceso a las nuevas Tierras, nada ha vuelto a ser lo mismo.
Ni siquiera para Lobsang, que, convertido en un superordenador viejo y estropeado, trata de pasar por humano en un mundo remoto y cree estar llevando una vida de lo más corriente, la de un hombre de familia en New Springfield. Agnes y él incluso han adoptado un niño.
Entretanto, su viejo amigo Joshua ha emprendido su propio viaje: está buscando a su padre y reuniendo información sobre su familia.
Cuando Lobsang descubra que algo verdaderamente extraño y terrible está pasando bajo la superficie de su nuevo hogar, irá en busca de Joshua, convencido de que deben unir fuerzas para acabar con lo que demonios sea lo que está ocurriendo, o será eso lo que acabe con todos los mundos de la Tierra Larga.
Año 2.000 a. de C., Egipto, lugar en el que la muerte da sentido a la vida. A los pies de un acantilado se encuentra el cuerpo destrozado y retorcido de Nofret, la concubina del sacerdote de Tebas, Imhotep. Joven, hermosa y de lengua viperina, la mayoría estaría de acuerdo en que ha sido el destino: ¡merecía morir como una víbora!
Desde ese instante una maldición parece cernirse sobre los miembros de la familia de Imhotep, víctima de una serie de asesinatos. Pero Renisenb, la única hija de Imhotep, su sabia abuela y el escriba del clan sospechan que detrás de las muertes no se encuentra el espíritu de la concubina que ha vuelto para vengarse, sino un asesino bastante más terrenal.
En medio de la noche polar azotada por el viento y la lluvia, Herjólfur, el nuevo inspector jefe de la policía de Siglufjördur, es asesinado a sangre fría en una casa abandonada a las afueras de la ciudad. ¿Qué lo llevó allí a esa hora, a ese lugar sobre el que se cuentan desde hace años misteriosas historias? Ari Thór iniciará una investigación al lado de Tómas, su antiguo superior, quien viaja desde Reikiavik para apoyarle en la búsqueda del asesino: ¿a quién puede beneficiar la muerte de un policía? ¿Y acaso no tienen muchos de los habitantes del pueblo una buena razón para querer sembrar el caos? Elín, que huye de un pasado violento; Gunnar, el alcalde, que esconde antiguos secretos… Para armar el rompecabezas, Ari Thór también deberá escuchar una voz que le susurra, oculta tras los muros de un hospital psiquiátrico, y que quizá tenga la clave del enigma.
La mejor escritora nórdica actual, con más de diez premios literarios y un millón de lectores, regresa con «una novela deliciosa y pícara sobre el sentido de la existencia» (Elle)
Descendiente de un linaje de matronas, Dýja es también eso que en Islandia llaman «madre de la luz». Sus padres dirigen una funeraria, su hermana es meteoróloga: nacer, morir y, entremedias, superar unas cuantas tormentas. En plena amenaza de huracán, Dýja ayuda a traer al mundo a su bebé número 1922. Está tratando de arreglar el apartamento que ha heredado de su tía abuela, abarrotado de muebles, bombillas que parpadean y una caja de fruta llena de manuscritos: la tía Fífa continuó la labor que había comenzado la bisabuela de entrelazar los relatos de las antiguas comadronas que recorrían los páramos del país en plena ventisca con sus propias reflexiones excéntricas y visionarias sobre el planeta, la vida... y la luz.
Atravesando décadas y continentes, una maravillosa historia de amor, de amistad y de mujeres que rompen barreras.
DOS AMIGAS.
UNA PROMESA.
Corre el año 1912 y, para poder trabajar como veterinaria, Nellie se casa con su amigo Phipps, quien va a heredar la consulta de su padre. Aunque no está enamorada de él, los une desde la infancia una estrecha amistad y Nellie le promete liberarlo del matrimonio en cuanto surja la oportunidad de que él haga realidad su verdadera vocación de músico. La ocasión se presenta al finalizar la Primera Guerra Mundial y Phipps desaparece de repente de la vida de Nellie. Esta lucha ahora con su compañera de trabajo, Maria, por establecer una consulta veterinaria en Berlín. Pero el pasado y el amor pronto volverán a alcanzarla...
Berlín, 1931: Ally Keller está sola y asustada cuando da a luz a una hija mestiza a la que nombra Lilith. Mientras los nazis ascienden al poder, Ally sabe que debe proteger a su bebé de la ideología de la raza aria promovida por Hitler, y pone en marcha un plan desesperado para enviar a su hija a un lugar seguro al otro lado del océano.
La Habana, 1958: Ya adulta, Lilith conserva pocos recuerdos de su madre o de su infancia en Alemania. La emociona el futuro con Martín, un piloto cubano con fuertes lazos con el gobierno de Batista, por lo que, al estallar la Revolución, Lilith y su hija recién nacida, Nadine, se encuentran en una encrucijada.
Berlín, 1988: Como científica en Berlín, Nadine ha pasado toda su vida evitando la verdad sobre la historia de su propia familia. Es su hija Luna quien la anima a indagar sobre las decisiones que tomaron su madre y su abuela para asegurar la supervivencia de sus hijas. Le corresponderá a Luna aceptar una traición desconcertante que cambiará todo lo que creía saber sobre el pasado de su familia.
Separadas por el tiempo, pero unidas por el sacrificio, cuatro mujeres se embarcan en viajes de autodescubrimiento y se convierten en testimonios vivientes del poder del amor materno.
Tras acabar la carrera en Londres, los planes de Eden no están saliendo como esperaba. Ha tenido que renunciar a su despreocupada vida de estudiante y volver a su pueblo natal, donde siente que su vida es un completo desastre. Solo cuando crea que ha tocado fondo se dará cuenta de que siempre se puede caer más bajo y de que hacerse adulta es una mierda...
En esta novela -que es como la vida misma, divertida y accidentada a partes iguales- la protagonista tendrá que sobrevivir a las pequeñas catástrofes cotidianas y a las relaciones modernas en un mundo que no se lo pone nada fácil. ¡Quien nos iba a decir que encontrar al señor Darcy sería más sencillo que conseguir likes!
Una conmovedora novela sobre varias generaciones de mujeres que lucharon por el pacifismo.
Según las creencias de los primeros vascos, aquellos que se enamoraban de las lamias, seres mitológicos de apariencia similar a la de las sirenas, se convertían en delfines. Era el precio que debían pagar por su atrevimiento. Un cambio radical que acontecía de la noche a la mañana, como el inicio de un viaje a un destino incierto. De forma parecida, la vida de los migrantes también cambia cuando cruzan la frontera de su país y, una vez emprendido, el camino se vuelve otro, muy diferente al imaginado.
Por las páginas de La vida anterior de los delfines se cruzan tres historias: el destino del libro inacabado que la feminista Edith Wynner dedicó a Rosika Schwimmer, activista, pacifista y sufragista nominada en varias ocasiones al premio Nobel de la Paz, así como la relación entre estas dos mujeres extraordinarias durante la primera mitad del siglo XX; las vivencias de una familia vasca emigrante en el Nueva York actual con el trasfondo político y social del tormentoso fin de la era Trump, y las reminiscencias de la amistad entre dos niñas en el pequeño pueblo costero donde el narrador creció junto a un grupo de mujeres revolucionarias en los años setenta y ochenta.
Apasionante, tierna y poética, llena de secretos por descubrir, deliciosamente escrita y terriblemente humana, La vida anterior de los delfines es la novela más ambiciosa de Kirmen Uribe, donde vuelve a mezclar de forma magistral historia familiar, acontecimientos históricos y la magia del folclore y las historias populares vascas.
Las durísimas memorias familiares del escritor Andreas Altmann, marcada por la relación con su padre, un ex funcionario nazi que impuso la violencia y el terror en su propia casa.
«Mi madre fue la primera víctima de la violencia a quien conocí», escribe Andreas Altmann en estas duras memorias familiares para referirse al régimen de terror y autoritarismo que su padre, antiguo funcionario nazi, impuso en su propia casa. Aquel hombre que por el día se dedicaba al comercio de rosarios y que se ganaba la vida a través del turismo religioso, encontró en la hipócrita sociedad alemana de posguerra un cómplice para sus abusos. ¿Qué convirtió a su padre en un ser tan despreciable? ¿Qué hizo que su madre tuviera el coraje para enfrentarse a él? ¿Cómo de responsable es un país que no termina de enterrar los horrores del pasado? Estas son algunas de las preguntas que se hace el narrador mientras repasa su infancia y trata de indagar las razones del mal y la violencia intrínsecos al ser humano.
Marcada por la ira, el odio y una autenticidad innegociable, la prosa de Altmann ha sido comparada con la de Thomas Bernhard por su habilidad para describir el descenso al lado más oscuro del ser humano.