Anna Green creía que se iba a casar con Liam «West» Weston tan solo para poder acceder a un apartamento familiar subvencionado mientras estudiaba en UCLA. También creía que había firmado los papeles del divorcio tras lanzar los birretes al aire y separar sus caminos.
Tres años después, Anna es una artista muerta de hambre que vive al día mientras West es profesor en Stanford. Puede que sea uno de los cuatro herederos del conglomerado Weston Foods, pero tiene poco interés en trabajar para la despiadada empresa que su familia ha creado desde cero, aunque sí le interesa su herencia de cien millones de dólares. Solo hay un inconveniente.
Debido a una cláusula anticuada del testamento de su abuelo, Liam no verá ni un céntimo hasta que lleve cinco años felizmente casado. Justo cuando cree tocar el premio con la punta de los dedos, su familia aumenta la presión para que le presente a su misteriosa esposa, así que no le queda otra opción que recurrir a la única persona que teme presentar a sus padres: su extravagante y no tan exesposa.
Sin embargo, una vez que se han reunido con su familia, Liam tarda poco en pasar de preocuparse por si la enérgica, malhablada y manchada de pintura Anna será capaz de interpretar el papel a si el mundo tóxico de la riqueza acabará corrompiendo a alguien tan puro de corazón como su esposa, profundamente leal y con los pies en la tierra. Liam tendrá que preguntarse si merece la pena perder el amor verdadero que ha surgido de su mentira para mantener la endeble tapadera que han creado o no.
―Haría falta un policía ―sugirió alguien―. Un detective.
―Tenemos uno ―dijo Foxá.
―Todos siguieron la dirección de su mirada.
―Eso es ridículo ―protesté―. ¿Se han vuelto locos?
―Usted fue Sherlock Holmes.
―Nadie fue Sherlock Holmes. Ese detective no existió jamás. Es una invención literaria.
―Que usted encarnó de manera admirable.
―Pero fue en el cine. Nada tuvo que ver con la vida real. Sólo soy un actor.
Me contemplaban esperanzados, y lo cierto es que yo mismo empezaba a entrar en situación, como si acabaran de encender los focos y oyese el suave rumor de una cámara rodando. Aun así decidí mantenerme silencioso, cruzados los dedos bajo el mentón. No había disfrutado tanto desde que rodé El perro de Baskerville.
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
Una tarde, cuando Roberto Lanza se dispone a recoger a su hijo de cinco años a la salida de un colegio madrileño, la profesora le pide explicaciones sobre una sospecha de pedofilia que ha provocado algo que ha dicho el niño. Este es el desencadenante de una historia híbrida entre el thriller psicológico, la novela de corte social y una trama de estirpe kafkiana con un ritmo frenético y alta tensión narrativa. El entorno juzga sin pruebas y la culpa se cierne sobre la vida del protagonista, como en El proceso, convirtiéndola en un repentino infierno donde ni el amor ni las amistades son territorio seguro. En el patio del colegio cualquier comentario es fuente de paranoia en la psique compleja y atípica de Roberto Lanza. La encrucijada que se le ofrece lo lleva por caminos de alto riesgo y decisiones que casi nadie entendería.
La primera obra de no ficción de Grisham es un escalofriante thriller legal, basado en hechos reales. Narra la historia de un hombre que creyó haberlo perdido todo... Incluso antes de conocer el infierno.
«Feliz aniversario, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.»
Así comienza el anónimo que recibe el psicoanalista Frederick Starks, y que le obliga a emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la vida imposible.
De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata decidido a llevar hasta el final su sed de venganza.
Dando un inesperado giro a la relación entre médico y paciente, John Katzenbach nos ofrece una novela emblemática del mejor suspense psicológico.
En este libro se ofrecen al lector clásicos lorquianos como Amor de don Perlimplín, así como aquello que se dio en llamar el «teatro irrepresentable»: El público y Así que pasen cinco años. Asimismo, se incluyen conferencias y charlas dadas por el poeta alrededor de sus textos, lo que permite una aproximación aún más personal a su inmensa obra.
La edición y los prólogos, a cargo de Miguel García-Posada, permiten al lector acercarse a la complejidad de su obra y disfrutar, a lo largo de los siete volúmenes que componen esta Biblioteca Federico García Lorca, de uno de los autores españoles más relevantes del siglo XX.
Acompañado del joven Íñigo Balboa, a Alatriste le ordenan intervenir en una conjura crucial para la corona española: un golpe de mano en Venecia para asesinar al dogo durante la misa de Navidad del año 1627, e imponer por la fuerza un gobierno favorable a la corte del rey católico en ese estado de Italia. Para Alatriste y sus camaradas -el veterano Sebastián Copons y el peligroso moro Gurriato, entre otros-, la misión se presenta difícil, arriesgada y llena de sorpresas. Suicida, tal vez; pero no imposible.
Diego Alatriste bajó del carruaje y miró en torno, desconfiado. Tenía por sana costumbre, antes de entrar en un sitio incierto, establecer por dónde iba a irse, o intentarlo, si las cosas terminaban complicándose. El billete que le ordenada acompañar al hombre de negro estaba firmado por el sargento mayor del tercio de Nápoles, y no admitía discusión alguna; pero nada más se aclaraba en él.
La caída en julio de 1714 del "puente más lindo de todo el Perú" y la consecuente muerte de cinco viajeros, inducen a fray Junípero, fraile franciscano, a iniciar una investigación sobre las causas del accidente. Y poco a poco, durante seis largos años, por caminos inesperados, irán entretejiendo la historia, para al final, quedar a las puertas de la muerte en la hoguera. La emocionante peripecia y la colorista reproducción del Perú de los vireyes, bajo el Imperio español no ocultan, sin embargo, una aguda exposición de lo que es esencialmente una cuestión metafísica: la naturaleza de la voluntad divina. El puente de San Luis Rey, segunda novela escrita por el maestro Thornton Wilder, tuvo una gran acogida en el momento de su publicación y ganó el Premio Pulitzer ese mismo año 1928. Desde entonces ha sido venerada por legos y críticos y sigue siendo hoy considerada como una de las grandes novelas del siglo XX. Sin duda, una auténtica perla, una pequeña obra maestra que fue llevada a la gran pantalla con Robert de Niro como protagonista.