La serie de cosy crime número uno en ventas. «La digna sucesora de Agatha Christie» (El Mundo) regresa con un caso a bordo de un crucero del que nadie podrá escapar.
Los miembros del Club del Crimen se disponen a disfrutar del verano como más les gusta: leyendo hasta el desmayo, discutiendo sobre sus libros preferidos y, en el caso de Alicia Finlay, viviendo al máximo su romance incipiente con su atractivo e irresistible doctor.
Pero cuando reciben una invitación para pasar unas semanas en el histórico crucero SS Orient, una réplica de un legendario modelo a vapor que antaño navegaba entre Inglaterra y Australia, Alicia y sus amigos no pueden resistir la tentación de vivir una nueva aventura... Emocionados ante la perspectiva de maravillosos atardeceres sobre el océano y románticas veladas a la luz de la luna, embarcan con las maletas llenas de libros y la cabeza repleta de planes.
Todo el mundo en Athena, Misisipi, conoce a Charlie Harris, el amable bibliotecario dueño de un gato llamado Diesel al que pasea con correa. Ha regresado a su ciudad natal para sumergirse en los libros, pero pronto la vida real lo envuelve en una novela de misterio…
Godfrey Priest, famoso, arrogante y manipulador autor de bestsellers gore y antiguo compañero de clase de Charlie, aparece muerto.
A pesar de los resentimientos Charlie, con la ayuda de Diesel, deciden resolver el misterio de la muerte del desagradable novelista a quien no le faltan enemigos.
La novela de culto de los hackers.
En 1942, Lawrence Pritchard Waterhouse, genio matemático estadounidense, colaboró con otros especialistas en descifrar los códigos secretos de las potencias del Eje. Sesenta años más tarde, su nieto Randy, un brillante criptohacker, proyecta crear un paraíso de datos y el mayor exponente de la libertad informática: La Cripta.
Si las matemáticas de los primeros criptoanalistas se vieron sometidos a las necesidades de la Segunda Guerra Mundial, la Cripta está condicionada por las leyes y normas de las altas finanzas internacionales y la infotecnología.
Esta obra, con su ironía y amenidad, es a la criptología y la narrativa ciberpunk lo que El señor de los Anillos es a la magia y a la fantasía. Criptonomicón es un ciberthriller y el nuevo libro de culto de los hackers.
Una atrevida, amena e irónica mezcla de ciencia ficción, ucronía y thriller.
El genio matemático Lawrence Pritchard Waterhouse colabora en 1942 con Alan Turing y especialistas británicos de Betchely Park para descifrar los códigos secretos de las potencias del Eje.
Sesenta años más tarde, la empresa de Randy, su nieto y brillante criptohacker, proyecta crear un paraíso de datos y exponente de la libertad informática: la Cripta.
Criptonomicón se traslada al escenario bélico del Pacífico para plasmar las aventuras del marine Shaftoe en busca de MacArthur, así como las de Lawrence, con su imaginativo tratamiento matemático de la cualidad y efectos de las eyaculaciones, y las de un Randy enfrentado a las mafias de la política, la tecnología y las finanzas.
En 1942, Lawrence Pritchard Waterhouse, genio matemático y capitán de la marina estadounidense, colabora con Alan Turing y especialistas de Betchely Park en la tarea de descifrar los códigos secretos de las potencias del Eje.
Sesenta años más tarde, la empresa de su nieto y brillante criptohacker, Randy Waterhouse, proyecta crear la Cripta, un paraíso de datos y el mayor exponente de la libertad informática.
Al final, ni siquiera Wagner o el «oro del Rhin» han de resultar ajenos a la plural y camaleónica trama de Criptonomicón, un tour de force narrativo incomparable, desmesurado y sorpréndete. Un hito en la narrativa moderna, con una atrevida mezcla de géneros: ciencia ficción, ucronía y thriller, entre otros, que componen una novela llena de humor e ironía.
Un western experimental sobre el célebre duelo en el O.K. corral que retrata con sostenido brío un mundo de personajes sumidos en la violencia.
El célebre y legendario duelo de O.K. corral, en la localidad de Tombstone (Arizona), inmortalizado en decenas de películas, sirve de pretexto a Cela para escribir, contra todo pronóstico, un particularísimo western que se cuenta entre sus novelas más portentosas. El monólogo alucinado de Wendell Espana, un hombre sin apenas cultura en cuya memoria pululan infinidad de personajes y anécdotas, se traduce en una letanía de enormidades, llena de salvajismo, de violencia, de sexo, de bestialidad, en la que, sin renunciar nunca al humor, Cela da rienda suelta a su vena más transgresora y formalmente más extrema.