Alemania, mayo de 1938. El fantasma del nazismo amenaza Europa pero Felicia, fuerte e inconformista, maneja con decisión el timón de su familia y su empresa. A su hija Belle no le importa la política, solo piensa en su carrera en el cine y en el hombre de sus sueños, con quien espera casarse muy pronto. La ceremonia se celebrará en la casa familiar de Lulinn y asistirá toda la familia salvo su madre, que ha decidido acompañar a su socio judío hasta la frontera. Al poco tiempo Susanne, su otra hija, recibe una propuesta de matrimonio de un joven oficial de las SS.
Ninguna de esas tres mujeres imagina el descenso a los infiernos que se avecina. Su país será arrasado y dividido, y el mundo entero librará una lucha feroz por la supervivencia. Cuando por fin llegue la paz, solo los más afortunados reaparecerán entre las ruinas de un paisaje devastado por las bombas.
Los aromas perdidos es la apasionante historia de una familia, convertida en un vívido reflejo de acontecimientos que tuvieron en jaque a la humanidad.
Temerás a quien ya no tiene nada que perder
Un thriller psicológico en el que la víctima no se rinde
País Vasco, 2007. Tras el fracaso de la última tregua, ETA prepara un nuevo golpe para demostrar su cuestionada fortaleza. Dos encapuchados secuestran a punta de pistola a Bixen Alzola, profesor de universidad y defensor de la vía pacífica como única alternativa para solucionar el conflicto vasco. Cuando su mujer, Leire, recibe la llamada de la organización terrorista reivindicando la acción, siente que su mundo se resquebraja. Sabe que las posibilidades de que su marido salga indemne son mínimas. Durante esa larga noche, Leire toma una decisión: hará todo lo que esté en su mano para salvar la vida de su marido.
¿De qué será capaz? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar? Y ¿qué precio va a pagar por ello? Porque ya nada será igual. No hay vuelta atrás. Nunca la hay cuando se traspasan ciertos límites.
Los ausentes es una novela sobre la violencia, violencia que paulatinamente irá arrastrando a todos los personajes, sin que nadie, ni nada, logre detenerla.
Segundo volumen de las andanzas del autoestopista galáctico, con las dos novelas que cierran esta maravillosa "trilogía en cinco partes." A lo largo de la historia ha habido grandes sagas galácticas: Fundación, de Asimov, Dune, de Herbert, Odisea espacial, de Clarke, Star Trek, de Roddenberry o La guerra de las galaxias, de Lucas Pero solo una de ellas, la saga de la Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, aporta algo único a la literatura interestelar: el humor. Tras la aparición en esta colección de Los autoestopistas galácticos, que reunía la trilogía inicial, este volumen aporta de propina las otras dos novelas Hasta luego, y gracias por el pescado e Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva que expanden el asunto hasta nada menos que una "trilogía en cinco partes."
Una tarde de mayo de 1982, Carol Dunlop y Julio Cortázar emprenden un viaje por la Autopista del Sur, de París a Marsella, embarcados en Fafner, la furgoneta Volkswagen roja transmutada en el mítico dragón wagneriano.
Desde el juego como último aliento de vida, Carol y Julio, la Osita y el Lobo, planean el viaje como si de una investigación científica se tratara. Navegantes de su tiempo, establecen un férreo reglamento que no deberán romper: no abandonar nunca la autopista y parar en dos áreas de descanso cada día. Toda la aventura quedará reflejada en un detallado cuaderno de bitácora donde registrarán no solo el itinerario, sino también la flora y la fauna fantásticas que van encontrándose a lo largo del camino, y las acechanzas y las amenazas más temibles: brujas, agentes secretos y ominosos camiones de procedencia ignota empeñados, inútilmente, en hacer fracasar tan azarosa empresa.
La realidad y los sueños se entrecruzan en esta «interminable fiesta de la vida», relatada con una prosa que oscila entre la comicidad y una ternura desgarradora, para concluir con la melancolía de la experiencia que se presiente única cuando llega a su término.
Los besos en el pan cuenta, de manera sutil y conmovedora, cómo transcurre la vida de una familia que vuelve de vacaciones decidida a que su rutina no cambie, pero también la de un recién divorciado al que se oye sollozar tras un tabique, la de una abuela que pone el árbol de Navidad antes de tiempo para animar a los suyos... Muchos vecinos, protagonistas de esta delicada novela coral, vivirán momentos agridulces de una solidaridad inesperada, de indignación y de rabia, pero también de ternura y tesón. Y aprenderán por qué sus abuelos les enseñaron, cuando eran niños, a besar el pan.
En Los bloques naranjas las relaciones entre hombres están atravesadas por el espacio geográfico que se habita: la ciudad. Es este un proyecto de poesía en prosa que intenta traer al presente el pasado de una adolescencia y una juventud no muy lejanas. ¿Qué ocurrirá en el futuro con todo lo que no se dijo cuando se tuvo la oportunidad?, se pregunta este libro.
Luis Díaz nos cuenta, precisamente, todo aquello que se sintió pero no se dijo.
Este libro explora la amistad masculina, siempre atravesada por la imposibilidad de comunicación, los afectos truncados y subterráneos, la corporalidad torpe y dolorosa. Abre una rendija que nos permite vislumbrar lo que bullebajo el hermetismo y la torpeza afectiva de las masculinidades adolescentes. Un libro rompedor, áspero y sensible a partes iguales.