La humanidad se enfrenta a una nueva Desolación con el regreso de los Portadores del Vacío, un enemigo tan grande en número como en sed de venganza. La victoria fugaz de los ejércitos alezi de Dalinar Kholin ha tenido consecuencias: el enemigo parshendi ha convocado la violenta tormenta eterna, que arrasa el mundo y hace que los hasta ahora pacíficos parshmenios descubran con horror que llevan un milenio esclavizados por los humanos. Al mismo tiempo, en una desesperada huida para alertar a su familia de la amenaza, Kaladin se pregunta si la repentina ira de los parshmenios está justificada.
La romcom de vecinos más atrevida que has leído jamás.
Duna y Gael son vecinos de planta y únicos habitantes del bloque en ese momento. Apenas se conocen, hasta que una compra online entregada por error provocará su primera toma de contacto y creará una brutal tensión sexual entre ellos.
Una proximidad forzosa que hará que salten chispas. Aunque...
Él no quiere enamorarse.
Y ella no cree en el amor.
Un buzón común lleno de incógnitas que ambos tendrán que resolver, promesas incumplidas y sentimientos que florecen por primera vez.
Un romance muy spicy que hará arder los cimientos del edificio.
Ésta es la historia de una mujer que se enfrentó a su tiempo y a su mundo, pero es también la historia de ese tiempo y de ese mundo: la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del siglo en el que estamos.
En Justo antes del final la vida de la protagonista, una vida marcada por la invisibilidad, la enfermedad, la locura y las violencias, pero también por la resiliencia, la voluntad, los afectos y el cuidado de sí y de los otros, entra en tensión con algunos de los grandes acontecimientos de la vida pública: la llegada de la píldora anticonceptiva, la invención de la cámara instantánea, el desarrollo de tratamientos para las enfermedades mentales, la carrera espacial y la carrera por la prótesis auditiva perfecta, el descubrimiento de la antimateria, el diagnóstico del espectro Asperger, las investigaciones para alargar la vida, el protocolo de Kioto…
De vuelta al territorio autobiográfico, Emiliano Monge ha conseguido algo que parecía imposible: una novela que es un retrato a la vez que un mural. El retrato de una madre y el mural del mundo en que vivimos.
Kafka Tamura se va de casa el día en que cumple quince años. La razón, si es que la hay, son las malas relaciones con su padre, un escultor famoso convencido de que su hijo habrá de repetir el aciago sino del Edipo de la tragedia clásica, y la sensación de vacío producida por la ausencia de su madre y su hermana, a quienes apenas recuerda porque también se marcharon de casa cuando era muy pequeño. El azar, o el destino, le llevarán al sur del país, a Takamatsu, donde encontrará refugio en una peculiar biblioteca y conocerá a una misteriosa mujer mayor, tan mayor que podría ser su madre, llamada Saeki.
Si sobre la vida de Kafka se cierne la tragedia –en el sentido clásico–, sobre la de Satoru Nakata ya se ha abatido –en el sentido real–: de niño, durante la segunda guerra mundial, sufrió un extraño accidente que lo marcaría de por vida.
Como en el mejor Murakami, pasado y presente, sueño y vigilia, se funden y solapan creando una atmósfera en la que resulta difícil discernir deseo y pesadilla.
Kalpa imperial reúne once relatos, once fragmentos de la historia del Imperio Más Vasto que Nunca Existió.
Por el narrador sabemos que el Imperio fue destruido y reconstruido infinidad de veces y que su historia vuelve a empezar con cada nueva dinastía de emperadores y emperatrices.
El escenario es siempre el mismo: el montañoso norte, el sur selvático y las ciudades capitales. Las historias son múltiples y diversas. Como la de Bib, el chico esmirriado que pretende refundar el Imperio e inventar un nuevo orden; la del último príncipe de la dinastía de los Orioles y su extraña muerte; la de la huérfana que asciende desde los bajos fondos hasta el trono; la del Emperador Cuarto en las dinastía de los Kiautonor, que manda a construir una ciudad en honor de su amante.
Angélica Gorodischer crea un universo ficcional portentoso, absolutamente propio, donde la distopía se cruza con el realismo, la novela con el cuento, la metáfora sobre el poder con el pequeño drama humano. Publicado por primera vez en 1983, Kalpa imperial marcó un hito en la obra de esta gran autora argentina y la convirtió en una referente ineludible de la ciencia ficción universal.
La joven en cuya cabeza pululan estas palabras vive en un suburbio de París, tiene una hija de diez años y un marido que ha trazado para ellas un plan lleno de fronteras. La joven en cuya cabeza pululan estas palabras ha visto un vestido rojo en un escaparate, ha intentado comprarlo pero no puede. Piensa en que quizás, algún día, su hija pueda ponérselo en su nombre. Desea que, algún día, su hija se lo ponga en su nombre.
La joven madre que desea el vestido rojo no sabe leer. Sin embargo, acaba de llevar a casa un libro que ha encontrado en el descansillo de su piso. Podría ser del vecino, pero lleva varios días ahí y no lo ha recogido. Ella no sabe leer, pero su hija sí. Ese libro no puede estar ahí por casualidad. ¿Quién es ese Kant que habla de atreverse, de conocerse, de la necesidad de ilustrarse, de saber, para ser un individuo completo, una persona? La joven madre no es una joven madre cualquiera. Es francesa, pero no es blanca ni católica. La joven madre de esta novela es un fantasma que se esconde tras un burka.