5 de abril de 2019: la primavera despunta en Brooklyn y en el hogar de los Walker-Byrne la felicidad doméstica se resquebraja lentamente. Dan e Isabel han empezado a distanciarse, y el hecho de que Robbie, el encantador y frágil hermano de ella, al que todos adoran, deba abandonar la casa no es algo que ayude. Mientras este busca apartamento e intenta superar su último fracaso sentimental ocultándose tras un glamuroso avatar en las redes, Nathan, el hijo de diez años, da pasos inseguros hacia la adolescencia y su hermana Violet, de cinco, hace lo posible por aliviar el desencanto familiar.
Primera entrega de la edición en cuatro volúmenes del monumental Diario de André Gide, considerado su obra cumbre.
Se ha dicho que el Diario de André Gide llevó el género de la literatura íntima a su máxima expresión, y no cabe duda de que esta crónica pormenorizada de sus días nos abre la puerta a la vida pública y privada de una figura central de la cultura francesa y europea del siglo XX. En sus páginas aparecen las numerosas y a menudo contradictoras facetas del autor: su educación protestante, su acercamiento al catolicismo, su rechazo posterior de ambos, su matrimonio sin consumar con su prima Madelaine, la reivindicación de homosexualidad y sus opiniones políticas, incluida su crítica al estalinismo y su oposición a la intervención colonial francesa en África. Esta primera entrega, que comienza por las entradas escritas a los diciocho años de edad, es también un documento de la edución sentimental e intelectual de Gide, en el que el escritor en ciernes va dejando constancia de sus afinidades y afiliaciones artisticas hasta escribir sus primeros libros importantes.
Segunda entrega de la monumental edición del Diario de Gide en cuatro volúmenes, considerado su obra cumbre.
En el segundo volumen de su Diario, André Gide alcanza la madurez como escritor y continua reflexionando sobre una obra literaria que, con lirismo, sutileza y vocación experimental, avanza desde El retorno del hijo pródigo hasta Los falsificadores de moneda, quizá su obra más conocida y sin duda una de las más influyentes del siglo XX. El escritor explora y analiza en estas páginas cuestiones de conciencia vinculadas a su matrimonio blanco, su fe vacilante y su homosexualidad, pero también pasa revista a uno de los períodos más convulsos de la historia del siglo XX, cuando la sociedad europea va dejando atrás la despreocupación de la belle époque para internarse en el cruento panorama de la Gran Guerra y finalmente superarla.
Tercera entrega de la edición en cuatro volúmenes del monumentalDiariode André Gide, considerado su obra cumbre.
En el tercer volumen delDiario, nos adentramos en el periodo de entreguerras, cuando la despreocupación incial de los años veinte se va ensombreciendo por los presagios y amenazas de un nuevo conflicto mundial. En la misma época, el comunismo se afianza entre los intelectuales franceses, y André Gide, nunca ajeno a la historia, se convierte en una suerte de intelectual comprometido. Sus dudas y reposicionamientos como figura pública quedan registradas en estas páginas, que también contienen un implacable autoanálisis de su vida privada, marcada por su homosexualidad y su cada vez más difícil matrimonio blanco con su prima.
El cuarto y último volumen delDiariose inicia con una Francia en guerra. Siguen años de zozobras nacionales y personales. André Gide decide dar un paso al costado de la vida pública regida por la ocupación y, durante el conflicto, retirarse a vivir en la Costa Azul, Túnez y Argelia, lugares en los que se vuelve patente su aislamiento. Con la liberación, puede volver a París, pero le cuesta encontrar su sitio en un ambiente intelectual sumamente politizado y polarizado. Más que nunca, la escritura íntima es un refugio, el contrapunto privado de galardones públicos como el doctorado honorífico otorgado por la Universidad de Oxford y el Premio Nobel.
Los Diarios (I -18-10-1939 a 31-07-1949- y II -12-08-1956 a 16-06-1958) de José Lezama Lima, junto a Cartas a Eloísa y otra correspondencia, constituyen los fragmentos más íntimos de su escritura. En ambos se aprecian las dos grandes pasiones del habanero universal: la amistad y el insaciable apetito por la cultura, no para acumular sino como apropiación estimulante para sus muchas y laberínticas ideaciones.
Nada le es ajeno: lo inmediato ni lo lejano. Transcurren por las páginas de los Diarios las anotaciones y relumbrones que, más tarde, se transfigurarían en la encarnadura de su obra poética, ensayística y narrativa. Alerta, Lezama anota el aguijón, la semilla, el mimbre que su mano transforma.
María Zambrano supo ver en Lezama la “Araña que rodea a la tierra y teje desde dentro la tela que contiene y envuelve el caos […] araña que extraía de su propia sustancia el hilo inasible, la intangible memoria que reproduce en los aires el laberinto que hace permisible habitar el lugar justo del guardián de los ínferos mirándolos sin desafío con la necesaria fijeza.”