Noche fantástica contiene siete relatos de Stefan Zweig. Una prostituta que por unos instantes revive su vida en la Viena de principios de siglo, un estudiante de medicina que descubre los enigmas de la existencia de manera dramática, la metamorfosis insospechada de un joven rico y aburrido o el destino de una pequeña ciudad judía en medio de una Alemania en pleno invierno, son algunos de sus argumentos. Todos ellos nos confirman de nuevo la sorprendente habilidad narrativa de su autor por profundizar en los más hondos entresijos del alma humana. Una conmovedora soledad emotiva y la inevitable pérdida de inocencia que de ella deriva, completan la evocación de un mundo, tan irrecuperable como sorprendentemente actual, que Zweig describe con mano maestra.
Stephen King sorprende y aterroriza una vez más al lector con su magistral don para destapar y exhibir la mitad más oscura del ser humano.
Cuando Thad Beaumont en pleno bloqueo creativo, después de que su novela Las súbitas bailarinas optara al Premio Nacional de Literatura y lo perdiera, decidió seguir los consejos de su mujer y publicar una serie de thrillers retorcidos y sangrientos bajo el pseudónimo de George Stark, no pensó, ni por asomo, que le sería tan difícil «deshacerse» de ese otro yo que, no se explicaba cómo, había dejado de ser ficticio.
Cuando el comisario Alan Pangborn aparece en su casa acusándole de un brutal asesinato, Thad trata de afirmar su inocencia, de asegurar que nada tiene que ver con todos esos monstruosos asesinatos cometidos tan cerca de su casa, ni con la retorcida mente que protagoniza sus novelas policíacas, ni con las llamadas de aquella voz que, obscena y susurrante, le pide al teléfono que se rinda. Pero, ¿cómo explicar que sus huellas ensangrentadas han aparecido por todas partes en la escena del crimen?
A traves de la historia de Peter Kien, un especialista en China internacionalmente conocido, propietario de una biblioteca de 25.000 volumenes de la que se ocupa el mismo, Canetti habla de los peligros de considerar que un intelectualismo rigido y dogmatico, encerrado en si mismo, pueda prevalecer sobre el mal, el caos y la destruccion. Asi, el protagonista de Auto de fe, despues de sonar que sus libros eran quemados, se casa con su asistenta, Teresa, una mujer iletrada y embrutecida, que habra de ayudarle en la tarea de preservar su biblioteca. Pero Teresa le echa de su casa y Kien, convertido en un mendigo, vaga por el submundo de la ciudad, con su espiritu fluctuando entre horribles alucinaciones y una realidad inenarrable. Su desintegracion final le llevara, en una accion que cierra el ciclo de su sueno premonitorio, a quemar su biblioteca y esperar alli la muerte, en medio del incendio. Con Auto de fe continuamos con la edicion de la obra completa de Canetti, dirigida por Juan Jose del Solar. «Salvaje, sutil, hermosamente misteriosa. Una de las pocas grandes novelas del siglo.»
En este sexto volumen de la obra completa de Elias Canetti se han unido dos obras muy diversas pero hermanadas por un nexo común: la capacidad de oír y la fascinación por la lengua oral que tenía el autor.
Las voces de Marrakesch (1954) es un espléndido conjunto de «apuntes después de un viaje» por la ciudad marroquí. El Testigo Oidor (1974) es un insólito libro en el que Canetti regresa a la descripción caracterológica para regalarnos «cincuenta caracteres» que nos brindan una divertida lección de humanidad.
La historia de Alejandro Magno contada por Bagoas, su fiel criado.
Basada en una figura histórica, El muchacho persa cuenta los últimos años de vida de Alejandro Magno a través de los ojos del que fuera su amante, Bagoas.
Hijo de un noble ejecutado por traición, vendido como esclavo y castrado cuando era niño, pasó al servicio de Darío III Codomano y, tras el asesinato de este, fue regalado al joven macedonio. Su relación sostendrá a Alejandro mientras este tiene que hacer frente a varios complots de asesinato, a las demandas de dos esposas, a los motines periódicos de su ejército y a su formidable carácter. Bagoas será también testigo de los profundos lazos de amistad y de compromiso que el emperador tiene con sus soldados.
Renault nos enseña cómo este muchacho persa podría haber comprendido y apoyado los fervientes planes de Alejandro mejor que cualquiera de sus generales.