Nacido en Alejandría, donde, salvo breves periodos, llevó una existencia tranquila y oscura como modesto funcionario hasta el día de su muerte, C. P. Cavafis (1863-1933) es sin duda uno de los hitos de la poesía contemporánea por la originalidad y universalidad de su escritura. Concebida con la intención de ofrecer al lector una imagen que responde fielmente a la personalidad intelectual y artística del poeta, la presente antología poética (nuevamente revisada para esta edición) reúne los 154 poemas "canónicos" (los "autorizados" expresamente por el poeta antes de su muerte) más otros once que constituyen una muestra muy reducida, pero altamente significativa, de la obra que no pasó esa personal criba.
Los poemas que William Blake reunió en el manuscrito que se publica en este volumen constituyen sin duda el mejor resumen posible de su producción literaria. Siguiendo la tradición de nombrar un poemario con el título de su texto más célebre, hemos optado aquí por llamar "Augurios de inocencia" a este importante conjunto de obras blakeanas.
Marina Tsvietáieva escribió este relato autobiográfico durante el exilio en Francia y lo publicó en ruso, en 1933, en distintas revistas de París; tres años más tarde, en 1936, tratando de acercarse a los lectores franceses, reelaboró sus recuerdos de infancia en frances, un conjunto de cinco capítulos al que dio por título Mi padre y su museo y que, no obstante, jamás llegó a publicar en vida. En ambas versiones reunidas en este volumen la autora ofrece una evocación emotiva y lírica de la figura de su padre, Iván Tsvietáiev, profesor universitario que consagró su vida a la fundación del museo de bellas artes de Moscú, el actual museo Pushkin. A menudo lacónico y fragmentario pero de una extraordinaria fuerza poetica, este maravilloso texto, vibrante y conmovedor, nos acerca como pocos a la intimidad de una poeta inimitable.
La problemática social y estética del fin de siglo, característica de la vanguardia vienesa, se refleja y estalla en la obra poética de Trakl. En sus poesías concentró la belleza de imagen y sonido en una nueva realidad significativa, surgida de la inmersión en la interioridad y en la explosiva soledad del subconsciente. En su extrañamiento de la sociedad, realizó la trágica paradoja de defenderse como individuo en el lenguaje a través de la ruina del mismo, única garantía de la autenticidad del poeta.
«No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.»
El mito de Sísifo es el ensayo fundacional de la filosofía del absurdo, una obra mayúscula que dio a conocer el gran talento de Albert Camus. Publicada en 1942, el mismo año que El extranjero, fue una de las primeras obras que revelaron al público la inteligencia y la sensibilidad del autor.
El título del ensayo hace referencia a un personaje de la mitología griega que enfadó a los dioses por su extraordinaria astucia y fue condenado a empujar perpetuamente una piedra enorme montaña arriba. Al llegar a la cima, la piedra volvía a caer hasta el valle, desde donde Sísifo debía volver a empujarla hasta la cumbre, y así eternamente. Por medio de esta alegoría, Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando a Sísifo como imagen del esfuerzo inútil e incesante del hombre. De este modo plantea la filosofía del absurdo, según la cual nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos. Siendo el mundo tan fútil, pregunta Camus, ¿qué alternativa hay al suicidio?
Publicada originalmente en 1942, El extranjero es la primera novela de Albert Camus y una de sus obras más emblemáticas. Ahora con nueva traducción al español de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego, este libro capital para la cultura del siglo XX transcurre en Argelia y narra la anodina vida de Meursault, un joven oficinista que vive en perpetua apatía. Cuando recibe la noticia del fallecimiento de su madre, la encaja con la mayor impasibilidad. Obligado a abandonar la capital y viajar para asistir al funeral, Meursault desea que la ceremonia sea breve para regresar a su casa. Esa indiferencia existencial marca sus días, avanzando sin reaccionar a la muerte de su madre, al afecto de su amada y ni tan siquiera a un crimen que cometerá con idéntica desidia, incapaz de ver el alcance moral de sus actos.
Camus retrata magistralmente la indolencia del hombre del siglo XX, un hombre que no encuentra su lugar, extranjero en su propio mundo. Este personaje escéptico y desapasionado que ha abandonado su condición de sujeto autónomo sigue siendo hoy un imprescindible referente literario y existencial.