Tras diez años sin saber nada de su padre, Andrea, la protagonista y narradora de “La noche será negra y blanca”, recibe una llamada suya en la que le pide que vaya a verlo a Denver. Aunque tiene muchas dudas sobre si acudir a esa llamada, al final decide ir, pero antes pasa unos días en San Luis Potosí con su abuela paterna para intentar averiguar más cosas sobre ese hombre que desapareció de la vida de su madre y de la suya hace tantos años, y entender mejor su comportamiento. A lo largo de las páginas de esta novela breve e intensa se nos narran los pasos que Andrea, animada por un afamado escritor, va dando en busca de su padre, pasos que se entrelazan con fragmentos del pasado de una familia sacudida por un trágico suceso que supuso un antes y un después en la vida de todos sus miembros.
El sótano se ha quedado muy vacío tras tu marcha».
Tengo quince años y he vivido toda mi vida en este antiguo faro. Mi hermano y yo vinimos a vivir aquí, con el abuelo, cuando yo todavía era un bebé.
Es un sitio increíble, al borde del acantilado. Me gusta refugiarme del sol en la sombra de la fachada. Me gusta el olor del campo al atardecer. A la zona del túnel prefiero no acercarme. No quiero que el hombre grillo me lleve a vivir bajo tierra. Ya lo he oído dar golpes en la trampilla del terreno alguna noche.
A mi hermano no le gusta que haga preguntas sobre nuestro pasado, sobre quiénes fueron mi madre y mi padre. Como dice él, no todo el mundo tiene una familia como las demás.
Hasta ahora he sido muy feliz aquí.
Pero el otro día, en casa, apareció una caja.
Y, desde que mi hermano vio lo que contenía, nada ha vuelto a ser lo mismo.
'Hay que entender que siempre hemos concebido el significado de las imágenes como algo quieto, fijo y clavado en la pared. Con Perejaume, y sobre todo con los transportes que ha llevado a cabo, nos hallamos ante un intento de liberar estos significados para ponerlos en un sistema de circulación, arrastrándolos por una orografía muy particular. Esto les obliga a tener accidentes, encuentros y encontronazos que ejercen una violencia productiva sobre el sentido que se les había adjudicado. Dicho de manera muy sintética, esto es lo que algunos han llamado el paso de un significado objetivo a uno trayectivo. No podemos olvidar que este tipo de transportes constituyen para Perejaume una modalidad de escritura. Él es el representante de lo que podríamos llamar una escritura total. Una escritura que se despliega caminando, dibujando o hablando, y que se hace viviendo. Es una escritura que exige salir de los espacios que a menudo protegen a las imágenes. Una vez a la intemperie quedarán expuestas a los embates de lo imprevisible.'
En la década de 1950, se proyectó construir una serie de represas a lo largo del río Brazos, en el centro-norte de Texas. Para John Graves, aquello era mucho más que una simple obra de infraestructura: modificar el cauce del río significaba transformar un paisaje tan hermoso como implacable, y alterar para siempre la existencia de quienes lo habitaban.
Consciente de lo que estaba en juego, Graves emprendió un viaje de despedida por ese tramo del río, que conocía íntimamente desde su más temprana juventud, acompañado por un cachorro dachshund de seis meses al que llamaba “el pasajero”. Mientras desafía los rápidos, la fatiga y el voluble clima otoñal, el autor reflexiona sobre viejas enemistades sangrientas de la región y violentas escaramuzas con comunidades nativas, y vuelve a contar historias locas de coraje, cobardía y engaño que moldearon tanto a la gente del río como la tierra que bañaba.
Aunque finalmente solo se construyeron tres represas, llegaron a planearse hasta trece. El éxito del texto de Graves fue clave para frenar muchos de esos proyectos. Por eso, su libro no ha sido celebrado únicamente en cuanto a obra literaria, sino también como un acto de resistencia y documento de conservacionismo, comparado con Walden de Thoreau.
Harriet Lee puede parecer a sus vecinos la típica madre trabajadora, y su hija Perdita la no menos típica colegiala británica, pero hay indicios de que no son tan normales como ellas creen. Para empezar, Harriet hace un pan de jengibre muy especial, que quizá no parezca nada del otro mundo a los londinenses, pero es muy popular en Druhástrana, la lejana tierrasegún muchas fuentes inexistentedonde vivió hasta su primera juventud junto a su carismática amiga Gretel Kercheval, una figura que tuvo algo que ver en todo lo que ocurrióbueno y maloa Harriet desde niña. No obstante, sólo décadas más tarde, cuando una Perdita ya adolescente se proponga reencontrar a esta amiga de su madre, descubriremos la verdadera historia de Harriet. Inspirada por la tradicional presencia del pan de jengibre en las fábulas infantiles, Helen Oyeyemi nos invita a saborear esta deliciosa historia de una gran familia cuya herencia es una receta. Un relato sorprendente y un auténtico festín para el lector.
Ataviado con sombrero de fieltro y una pipa entre los dientes, el Dante de Seymour Chwast no puede ser más actual. Si La divina comedia se ha convertido en un clásico, quizá se deba a cuán poco se parece a la obra de los contemporáneos del autor, que no solo inventó un mundo como lo han hecho muy pocos, sino que es el gran pionero de la autoficción. Podría deberse también al atrevimiento de Dante de escribir como hablaba realmente la gente de su tiempo y su lugar, la Toscana, y no en latín, según se había esperado de un literato. Chwast, un héroe de la ilustración y el diseño, ya casi centenario, condensa de una manera tan audaz como efectiva toda la complejidad de un clásico que no siempre se animan los lectores a abordar. Y en la estela de Dante, convierte la poesía del original en una obra alejada de la convención del arte secuencial en favor de páginas sorprendentes. Por su forma singular de reimaginar el clásico medieval, Chwast es fiel y digno heredero de un autor al que se considera el padre de la lengua italiana. Como en el poema original, el Dante de Chwast recorre junto a su maestro Virgilio los círculos del Infierno. Juntos atraviesan el Purgatorio y llegan hasta el Paraíso, donde encuentran a Beatriz, la difunta amada de Dante, porque la Comedia acaba bien y recuerda, a quien quiera saberlo, que existe una luz divina. Pero no hacemos spoilers, lo que importa es cómo transcurre el viaje y cómo se cuenta. La serie de personajes que van encontrando a lo largo del viaje.