Mileva Einstein no sólo fue el primer amor, la esposa y la madre de los hijos de Albert Einstein, sino también una de las primeras mujeres europeas en estudiar física. Como científica colaboró en los descubrimientos de su marido principalmente en el campo de las matemáticas, donde sus conocimientos superaban a los de él. Con esta novela basada en hechos reales, Slavenka Drakulic´ traza el sobrecogedor retrato de una mujer que luchó contra sus carencias físicas, que nunca se rindió, pero que no pudo tener una carrera brillante como matemática, aunque sin duda era un talento excepcional. Mileva Einstein, que llegó a Suiza para estudiar ciencias desde el campo, que tenía apoyo entre los científicos, renunció a su carrera por su famoso marido y, más tarde, por sus hijos. La novela sobre Mileva Einstein es una novela de dolor, de cómo afrontar las desgracias de la vida, cómo vivir y sobrevivir, cómo ser mujer y no perder la cordura. Mileva Einstein: Una teoría de la tristeza es una novela en la que la autora sumerge brillantemente al lector en la vida de la protagonista, para identificarnos con sus problemas, sus luchas, sus penas y alegrías.
Ferdia Lennon sigue los pasos de Flann O'Brien y de Virgilio en este canto a las armas y a los hombres que bebe de la tradición narrativa irlandesa y riega la tragedia clásica de comedia actual.
Siracusa, Sicilia, siglo V a. C. En plena guerra del Peloponeso, dos ciudadanos griegos (Gelón, un alfarero en paro y su mejor amigo, Lampo) pasean por la cantera donde los atenienses recién derrotados mueren lentamente de sed e inanición, y ofrecen agua y queso a quienes sean capaces de recitar unos versos de Eurípides. Los atenienses son unos desgraciados, sí, pero… ¿Y lo bien que escriben sus poetas? Para rescatar las grandes tragedias de las garras del olvido, Gelón y Lampo están dispuestos a recurrir al talento de sus enemigos moribundos y a pedir favores en los rincones menos recomendables de Siracusa. Pero producir una obra de teatro no es tan fácil, y pronto su pequeña Odisea rebasará los límites del escenario. Con un doble dominio del momento histórico sobre el que escribe y desde el que escribe, Ferdia Lennon nos brinda una historia disparatada y atemporal que hará reír, llorar y aplaudir con entusiasmo a lectores de todos los gustos, desde Esquilo hasta Nick Hornby.
Inédita en español, una nueva pieza del extraordinario universo de Maggie O’Farrell: un libro cautivador sobre la forma en que la familia moldea nuestra vida.
Paseando por Londres, Stella se cruza con un hombre que la devuelve a un momento insoportable de su pasado. Este encuentro la perturba tanto que deja inmediatamente el trabajo y, sin avisar a nadie, se instala en un recóndito lugar de Escocia; solo su impredecible hermana Nina, a quien está muy unida desde niña, sabrá dónde encontrarla. Al otro lado del mundo, en Hong Kong, Jake y su novia están disfrutando de la multitudinaria celebración del Año Nuevo chino cuando ocurre un accidente. Stella y Jake no se conocen, pero ambos huyen de sus vidas: Jake busca un lugar tan remoto que no aparece en ningún mapa, y Stella se esconde de algo cuyo significado únicamente su hermana puede entender.
Inédita en español, La distancia que nos separa –la tercera novela de Maggie O’Farrell, publicada por primera vez en 2004–, explora ya algunos de los temas que serán fundamentales en la obra de la autora de Hamnet y El retrato de casada: los lazos afectivos, el peso de los recuerdos y la necesidad de independencia. Una cautivadora historia sobre cómo la familia conforma nuestras vidas, y sobre lo difícil que es, por mucho que lo intentemos, dejar atrás nuestros orígenes.
Así describe el poeta venezolano Rafael Cadenas (1930) el modo vacilante con que llegó al principio a la obra de Rainer Maria Rilke, protagonista absoluto de este libro que es a la vez homenaje, lectura crítica y testimonio de una afinidad electiva -y espiritual- que se ha prolongado durante décadas. La escritura de Cadenas, siempre intensa y austera, se afila todavía más en los poemas que articulan este diálogo conmovedor y lleno de fuerza con el autor de Elegías de Duino, uno de los poetas centrales del siglo xx.
Las obras que encumbraron a Theodor Kallifatides como uno de los grandes escritores europeos de la segunda mitad del siglo xx fueron sus tres novelas Campesinos y señores (1973), El arado y la espada (1975) y Una paz cruel (1977), que ahora se traducen por primera vez al español. Con ellas, Kallifatides retrató su infancia y su adolescencia y a la vez el período más trágico de la historia contemporánea de Grecia, el que va desde que los nazis invaden el país en 1941 hasta el fin de la guerra civil griega en 1949, y la miseria de la posguerra en un país devastado. En Campesinos y señores, todo empieza en un pequeño pueblo al sur del Peloponeso, Yalós. Primero llegan las tropas de Mussolini, reemplazadas pronto por el ejército nazi, mucho más brutal y cruel. Pero las invasiones apenas aparecen como una tormenta lejana. La mirada del novelista, tierna, compasiva y llena de humor, se centra en los habitantes de Yalós, que intentan sobrevivir, entre el miedo, el hambre, la aceptación y la resistencia: el cura heterodoxo, el alcalde colaboracionista, el panadero, los campesinos, el maestro socialista, el tonto del pueblo y sobre todo las madres y las abuelas, verdaderas protagonistas de los libros de Kallifatides.
Publicado por primera vez en Italia en 1958 y firmado con el joyceano pseudónimo de Dedalus, Filósofos en libertad supuso el sorprendente debut de Umberto Eco en un género que él mismo definió como «ensayo ligero». El libro, que puede leerse como una hilarante introducción en verso a la historia de la filosofía y también como un juego para iniciados, tiene su origen en las viñetas que Eco dibujaba durante los congresos de filosofía a los que asistía en su juventud. A estas viñetas añadió luego los «poemillas» que las acompañan. Aunque siempre los consideró meros divertimentos, también insistía en su absoluto rigor científico. «Bromear, sí, pero seriamente» es la consigna del autor en un prólogo escrito muchos años después, recogido en un volumen firmado ya con su nombre ―y que por primera vez se traduce al castellano en esta edición―, al que se sumaban una serie de piezas sobre Marcel Proust, James Joyce y Thomas Mann (por quienes sentía auténtica devoción), junto a varios apéndices escritos a lo largo de las décadas y que versan sobre otras cuestiones, igualmente pesadas (en el sentido etimológico del término), con la misma y casi necesaria levedad.